lunes, 9 de diciembre de 2013

La danza de los números

Las cifras de desempleo e inflación se han convertido en un juego mediático en el que el Gobierno apuesta por mejorar su imagen. Y, la verdad, es que pareciera que las cifras van por un lado y los empresarios por otro muy diferente. Para nadie es un secreto que el balance empresarial para el 2013 es bastante mediocre. Y la penosa salida del anterior director del Dane sí deja muchos sinsabores sobre la fidelidad de las cifras que mensualmente aplauden los funcionarios gubernamentales.

En diversos foros he escuchado las recomendaciones de entidades internacionales sobre la necesidad de mejorar las metodologías de medición del Dane y su desempeño. La industria es la más perjudicada ya que no se cuenta con encuestas completas y actualizadas que reflejen la verdadera dimensión de las empresas. Pero es evidente que la política gubernamental ha logrado su objetivo de bajar el desempleo a punta de construcción de vivienda.

En esencia esto no es malo, todos los colombianos tienen derecho a una vivienda digna. El problema es que se utilice esa necesidad con fines electorales. No es casualidad que se le haya apostado al programa cien mil viviendas dos años antes de la campaña presidencial, era el tiempo justo para dar resultados en materia de empleo y anunciarlos con bombos y platillos, como lo hizo el presidente Santos en su alocución de lanzamiento como candidato.

Lo malo es que estos programas tienen vida limitada, entonces esos satisfactorios resultados comenzarán a desinflarse, pero ¿qué importa si ya tendremos de nuevo al doctor Santos en Casa de Nariño?

Por otra parte, buena parte del empleo en la construcción es de baja calificación, no genera mejoras sostenibles en la calidad de vida de esas familias y, por el contrario, son populares los comentarios sobre el destino que tienen los salarios de muchos obreros de construcción: licor. Infortunadamente muy pocos piensan en mejorar sus calificaciones profesionales, así que dependerán de un segundo envión de viviendas para sostener su tren de consumo.


La industria, en cambio, tiende a ser más formal en sus procesos, genera más innovación, impulsa la capacitación de los trabajadores y genera empleos de largo plazo. El problema es que no son tan  rápidas generando puestos de trabajo, así que para los fines electorales no son un buen sujeto de publicidad. De lo contrario, no tendríamos cien mil viviendas sino cien mil industrias, y el presidente no se habría tomado la foto en una casa de interés social sino en una planta de producción de carnes frías o confecciones.

Qué bueno que para todos los sectores hubiera mermelada en vez de apuestas inmediatistas, efectistas e insostenibles en el largo plazo. Lo mejor de todo es que apelando a la mala memoria de los colombianos Santos se hizo el loco con sus locomotoras, que se quedaron en meros trencitos de juguete y hoy no las quiere ver ni en pintura, con excepción de la construcción.

domingo, 1 de diciembre de 2013

Caníbales en el retail

Las grandes cadenas de supermercados fueron durante muchos años una herramienta para la formalización y el desarrollo de muchas pequeñas empresas que hoy son medianas. Así lo he confirmado luego de entrevistas con marcas de consumo masivo que empezaron como microempresas familiares y hoy son  industrias consolidadas. ¿Será que siguen cumpliendo este papel después del canibalismo que han exhibido en los últimos años con la llegada de la inversión extranjera al sector?

Para nadie es un secreto que en poco o nada han mejorado las condiciones de pago para los empresarios más pequeños, que viven al día en materia de capital de trabajo. Es más, buena parte de las promociones con las que atraen a sus clientes se realizan a costa del margen del proveedor. Por eso me resultó comprensible no encontrar a Leonisa durante un fin de semana en que el Éxito ofreció un descuento del 50%, en alianza con Compensar, en toda su ropa interior y exterior para dama. “No quisieron participar con los descuentos” fue la respuesta de una impulsadora de ventas a la que le pregunté por la ausencia de esta marca.

¿Qué se puede esperar para las pyme si grandes industrias como Harinera del Valle han preferido salir temporalmente de las góndolas por su desacuerdo con las agresivas políticas de los comerciantes?
También es un rumor a voces que las grandes cadenas marginan hasta el 40% sobre los precios de los pequeños empresarios obligándolos a incrementar el precio final para, por lo menos, cubrir los costos de producción pero poniéndolos en riesgo de quedarse en las góndolas porque el público los percibe como muy costosos.

Pero la nueva tendencia es más bien una bofetada en la cara de sus proveedores: con el crecimiento de las marcas propias varias cadenas están desarrollando productos cuyos empaques manejan colores y marcas muy similares a las de algunas pyme que tienen una presencia importante en ciertos segmentos. De manera descarada los ubican cerca de los líderes y, por casualidad, el comprador despistado se confunde y adquiere el producto marca propia porque creyó que era el que siempre consumía.
Estas y otras prácticas han hecho que muchas pyme pierdan el interés y la fe en los empresarios del retail, enfocándose mejor en canales alternativos de distribución. Seguramente el crecimiento será más lento, pero no tendrán que padecer las angustias financieras y de mercadeo que viven muchos hoy en las góndolas de los supermercados.

Sin embargo, dada la importancia de estos canales en el desarrollos de la pequeña y mediana industria colombiana también será importante que el Gobierno se involucre más con el tema y confirme si de verdad, como predican algunos convenios suscritos, le van a dar la mano a los pequeños industriales o es solo una estrategia para mojar prensa.


lunes, 25 de noviembre de 2013

¿Y de la corrupción quién podrá defendernos?

El discurso con el que el presidente Juan Manuel Santos lanzó su candidatura a la reeleeción dejó un gran vacío en un tema que a todos nos afecta: la corrupción. Y es que no basta con hablar sobre la generación de empleo si este flagelo sigue desangrando a buena parte del sector privado colombiano e incrementando los costos de operación.

Por cuenta de funcionarios corruptos quienes no ‘contribuimos’ estamos condenados a que nuestros procesos sean más demorados y tortuosos. Y se ha ido generando una cultura de la desconfianza en la que una visita de un funcionario pública despierta toda clase de suspicacias.
Lo más triste es que los funcionarios honestos son mayoría, pero los deshonestos parecieran ser los más poderosos. El caso de los Nule, en donde la seguidilla de noticias en donde salpican a varios funcionarios de alto nivel cada día genera más confusión.


Infortunadamente la corrupción también crea un ambiente de desconfianza mutua, en la que el empresario desconfía del funcionario público y el funcionario público ve al empresario como un potencial delincuente. Generar empleo no basta, si en este país los pocos políticos y empresarios corruptos no se robaran la plata de nuestros impuestos estaríamos en mejores condiciones de combatir la pobreza, impulsar el emprendimiento y disminuir los costos de operación de las empresas para que puedan competir en condiciones más justas.

lunes, 18 de noviembre de 2013

Todos necesitamos la AMP

Antes me daba pena reconocerlo, pero ya no: Yo soy de las que sí cree en la literatura de autoayuda. A Coelho lo superé hace muchos años, al igual que a Louise Hay y Deepak Chopra pero siempre habrá clásicos de este género que nos ayudarán a echarle un poco más de gasolina a nuestros días, especialmente cuando sentimos que las cosas no salen como esperábamos. La actitud mental positiva: un camino hacia el éxito, de Napoleón Hill y Clement Stone, llegó a mis manos gracias a un gran empresario y me ha contagiado de una increíble AMP, con la que espero contagiar a muchos.

De los cientos de empresarios que he tenido la fortuna de entrevistar sólo uno  me sorprendió por su increíble pesimismo. Y eso fue hace muchos años, cuando visité una planta de jugos al sur de Bogotá. 

Casi terminamos llorando juntos: por lo difícil que es hacer empresa en Colombia, los altos costos de los créditos, la usura de los impuestos y miles de problemas más que tenía en su cabeza. 

Afortunadamente, cuando ya me encontraba a punto de botar la maleta en mi idea emprendedora entró a la oficina su socio, un hombre luminoso, lleno de energía, rebosante de entusiasmo y con una clara visión de lo que quería en su negocio.

El alma me volvió al cuerpo y no me despegué de él por el resto de la visita. Hoy la empresa sigue adelante y no me queda duda de que es por la energía de este hombre que las cosas han marchado. Lo que sí no he logrado entender es cómo no se ha contagiado del espíritu derrotista de su socio.

En los nueve años de vida de nuestra empresa también he visto pasar muchas personas negativas, aquellas que parecieran tener una nube negra sobre su cabeza. De las que se quejan todo el tiempo y contagian a todo aquel que se acerca. No han durado mucho con nosotros pero en el poco tiempo que han estado sí han hecho un gran daño. De ahí la necesidad de mantenernos siempre alertas sobre este tipo de personajes para neutralizarlos y evitar que ese terrible virus de la AMN (actitud mental negativa) afecte a todo el equipo.


Afortunadamente no existe un solo camino hacia la AMN. Si no es de los que lee libros entonces inténtelo viendo algún documental sobre empresarios exitosos o cultive su espíritu con el poder innegable de la oración, rodéese de gente que vibre con las cosas buenas de la vida. Para tener éxito en la vida primero hay que sentirse exitoso y estar seguro de que toda situación que aparece es solo un peldaño en la escalera del crecimiento personal.

lunes, 11 de noviembre de 2013

Tercos o tozudos

Hace unos años tuve la oportunidad de vivir un proceso con un grupo de mentores, que evaluó aspectos clave de mi negocio. Al final de la charla uno de ellos, que insistía en intentar modificar los planes que tenía previstos para el desarrollo de la empresa me miró desafiante y me dijo: “Parece que es usted bastante terca”. El tono era de franca desaprobación y me dejó un tanto lesionado el ego. Pero evaluando en la distancia la experiencia, realmente he entendido que a la mayoría de quienes deciden emprender les tildan de tercos en algún momento de la vida.

Yo prefiero la palabra tozudo, que se define como aquél que no se rinde. ¿Acaso no se requiere ser terco para continuar adelante a pesar de las dificultades, de las decepciones, de las lágrimas y de las piedras que se aparecen en el camino de todo emprendedor? ¿No hay que llevarle la contraria a medio mundo, incluida la familia, para concretar una idea de negocio aunque las ofertas de empleo sean grandes y generosas?

En aquel momento no asumí bien la crítica, pero ahora lo veo como algo constructivo. Ese mentor pudo detectar en mí, en apenas unos minutos, el ingrediente clave para mantenerse firme ante las tormentas. Claro que soy terca, lo he sido y lo seguiré siendo, esa es la gran fuerza que mantiene a mi equipo tranquilo cuando las cosas no salen bien, y la que los orienta cuando se piensa en el futuro.

Claro, no lo digo con la altivez de quien piensa que no se equivoca jamás. Por el contrario, sé que para continuar adelante es necesario escuchar, evaluar, sopesar y tomar decisiones. También estoy consciente de que el cambio es la única manera de sobrevivir y consolidarse.  Pero quien quiera medírsele a la aventura de emprender tiene que evaluar primero su nivel de terquedad, de lo contrario se lo pasará como una veleta, que se voltea de un lado a otro de acuerdo con las circunstancias o las opiniones ajenas.


viernes, 18 de octubre de 2013

Ojo a las empresas de familia

Durante los últimos dos años he realizado visitas a más de 150 empresas en diferentes ciudades del país. Y de las charlas con esos gerentes me queda una conclusión clara: Tenemos que estar atentos a lo que está ocurriendo con las empresas familiares en Colombia. La mayoría de esos gerentes son personas de gran experiencia, energía y visión pero ya cruzaron la barrera de los 55 años.

Según un par de estudios de la Superintendencia de Sociedades, entre 1970 y 1990 se establecieron las empresas familiares más exitosas del país. Esto significa que buena parte de sus fundadores ya deben estar pensando o preparando el terreno para formar a un sucesor o entregar el mando.

Pero el asunto realmente preocupante es que de 10 empresas, apenas tres o cuatro tienen claro que uno de los hijos del fundador o un externo se está preparando a conciencia para tal suceso. Las otras seis se ven ‘enredadas’ con esta decisión y no saben a ciencia cierta cómo resolverán el asunto.
En unos casos, los hijos del dueño han tenido la fortuna de estudiar en el exterior y han formado sus vidas en otros países, por lo tanto no tienen la más mínima intención de regresar al país para asumir las riendas de un negocio que no conocen y ‘no se sienten dolientes’.

Otros no han desarrollado las competencias o no tienen el liderazgo que sus padres estiman necesario para reemplazarlos en medio de un país que ha cambiado tanto en los últimos años. Y un último grupo de sucesores resultó tan pilo que decidieron seguir sus vocaciones al servicio del Estado o de multinacionales, con gran éxito.


A todos nos compete esta coyuntura. A la banca, al Gobierno, a las grandes empresas, a las universidades y a los gremios por lo tanto se requiere de acciones coordinadas para apoyar esos procesos y generar herramientas que permitan hacer la transición con los mejores resultados para las familias, los empleados y el país.

martes, 15 de octubre de 2013

Bogotá necesita ayuda

Cuando apenas era una recién graduada mi gran sueño era venir a vivir a Bogotá, cual provinciana de telenovela rosa que espera que todas sus aspiraciones se hagan realidad en la metrópoli. Y así fue. Logré viajar, encontré un empleo en lo que me gustaba (reportera de la Casa Editorial El Tiempo) y fui creciendo profesionalmente. Muchos sueños se han hecho realidad en esta ciudad. Pero ese atractivo laboral que encierra la capital se ha convertido en nuestro peor enemigo: las calles ya no dan abasto con tanto carro y la falta de visión de largo plazo de las autoridades locales nos está generando un terrible hacinamiento poblacional en todos los estratos.

Los habitantes de la ciudad también contribuimos al desorden. Nos cuesta bajarnos del carro hasta para ir a la tienda de la esquina. Una caminata de 20 minutos se nos hace inconcebible y preferimos seguir emitiendo e inhalando gases con tal de ir cómodos así nos demoremos una hora o más en llegar a nuestro destino. Si no cambiamos, en dos o tres años vamos a colapsar. Por eso es el momento de hacer cambios drásticos en nuestras rutinas.

Tenemos que olvidarnos de tanta banalidad y apariencia si queremos que la ciudad mejore un poco. En primer lugar, es clave que elijamos a conciencia a un buen gobernante. Alguien que vea a la capital como una ciudad humana en los próximos 50 y 100 años, en lugar de satisfacer su propio orgullo o llenarse los bolsillos de contratos. En segundo lugar tenemos que volvernos más humildes y empezar a movernos a pie, en bicicleta o en transporte masivo si queremos que de alguna manera el tráfico caótico se mueva y nuestros hijos no empiecen a pagar las consecuencias con un aire contaminado.

Claro, la excusa de siempre será que el Transmilenio es un desastre pero por experiencia personal puedo afirmar que es posible elegir mejores horarios para desplazarnos con cierto nivel de holgura y rapidez. El gran reto es que se nos quite la pena de decir que nos movemos en los articulados porque con orgullo no vamos para ninguna parte. En las ciudades capitales la gente se mueve en metro, que es mucho más cachetoso aunque se monten desde el embolador hasta el CEO de una gran empresa. En Europa la bicicleta es un honorable medio de transporte y aquí deberíamos adoptarla con más pasión. Bogotá nos está pidiendo a gritos que actuemos.

No podremos estar a la altura de las mejores ciudades para hacer negocios si no logramos resolver nuestro problema de embotellamiento ¿será que es calidad de vida estar tres horas diarias metido entre un carro? Y ojalá que el SITP empiece rápido a operar en toda la ciudad para que sigamos promoviendo la cultura del paradero y nos olvidemos para siempre de las eternas paradas de las busetas sucias y malolientes que tanto daños le hacen a la movilidad de la ciudad. 


domingo, 29 de septiembre de 2013

Un mes para comprometerse

Durante cuatro semanas hemos recorrido las regiones premiando a los mejores empresarios del país. Y, como lo mencioné en Medellín el pasado jueves, septiembre es el mes para inspirarnos y comprometernos a continuar apoyando a las pymes colombianas. Más allá de los excelentes resultados financieros, las historias de nuestros emprendedores me llenan de optimismo para seguir adelante en mi empeño de hacer empresa.

Hombres y mujeres en diferentes etapas de su vida nos han contado el modo en que decidieron crear su propio modelo de vida. Todos ellos tienen en común varios aspectos. La pasión por lo que hacen es el primero, ese gusto que demuestran por lo que hacen cada día en sus compañías, por la posibilidad de crear nuevas fórmulas para superar las dificultades y compartir con sus empleados las angustias y los pequeños triunfos.
La capacidad de automotivarse es la segunda característica inevitable. No de otra manera se explica que hayan enfrentado momentos de crisis, incluso la seria amenaza de una liquidación, y hayan tenido el valor de continuar adelante con entusiasmo.

La fórmula tiene un tercer ingrediente esencial: la creatividad. Ese factor es el que hace la diferencia con respecto al promedio de los empresarios de sus respectivos sectores. Estos gerentes gacela se destacan porque viven en función de romper los paradigmas, de ver soluciones no exploradas o pensadas para enfrentar los retos de un mundo cambiante.
La persistencia es la dosis que complementa la poción del éxito. Todos ellos saben que han hecho una apuesta de largo plazo, muchos fueron considerados tercos por su decisión de continuar adelante a pesar de que muchos se burlaron de sus propuestas. Pero al final han demostrado que han sido visionarios en el contexto empresarial en el que se mueven.

Finalmente, todos ellos cuentan con un soporte esencial para enfrentar los riesgos: el apoyo de sus familias. Ese sistema, que en Colombia sigue siendo lo más valorado, les ha permitido mantener la fe en medio de un camino lleno de espinas e incluso, sobreaguar las dificultades cuando el capital de trabajo escaseaba.  El mes de la inspiración, afortunadamente, nos llena del impulso necesario para enfrentar un año más de retos y tendrá su punto máximo este jueves 3 de octubre, cuando se conozcan estas lecciones de vida empresarial que el Premio Gacela Misiónpyme 2013 dará a conocer.

 

domingo, 22 de septiembre de 2013

Se busca gente todoterreno

Uno de los grandes valores de mi familia ha sido el espíritu todoterreno. Por eso riño con el estilo de personas que buscan limitarse a las funciones determinadas en su contrato laboral y ni siquiera se ofrecen a levantar una caja o mover un mueble cuando las circunstancias lo ameritan. Por eso me gustó tanto una de las entrevistas que acabamos de publicar en nuestra edición 10 Lecciones de Liderazgo.

En ella Javier Fernández, experto español en gestión del talento humano, explica por qué en una pequeña y mediana empresa se nota tan rápido cuando una persona no aporta valor en una organización o no tiene compromiso con ella. No es lo mismo trabajar en una gran corporación, en donde muchas veces abunda la burocracia y el presupuesto para desarrollar proyectos, que en un empresa en donde los recursos deben aprovecharse al máximo y el gerente es el ‘hombre orquesta’.

Por eso es tan importante que en los procesos de selección tengamos muy en cuenta este factor: el del espíritu todoterreno. Hace poco recordaba una de las enseñanzas de Jim Collins en su libro Las empresas que perduran, sobre la calidad humana del equipo. Él usaba una imagen muy clara: las empresas deben tener gente dispuesta a subirse al bus que uno les ponga, aun cuando no tengan claro el lugar hacia donde este se dirige.

Esto significa compromiso con la organización pues en un entorno tan cambiante puede ser que una compañía que hoy imprimía libros mañana tenga que dedicarse a desarrollar publicaciones digitales, o un banco deba abrir un área de consultoría, o un restaurante transformarse en un centro de nutrición sana…cualquier cosa podría pasar. ¿Y si la cocinera decide que a ella la contrataron para manejar una estufa, ollas y alimentos y no va a contribuir a la nueva visión? ¿Y si el comercial de la empresa gráfica se planta en su contrato para demostrar que a él lo contrataron fue para vender impresos? ¡Habrá que bajarlos del bus!

Y, la otra lección valiosa que en su momento cuestioné pero hoy creo más poderosa que ninguna otra, es que las empresas deben contratar gente capaz de automotivarse. Y aquí me van a llover rayos y centellas de todos los asesores en talento que se ganan la vida vendiéndonos la idea de que debemos gastarnos millones de pesos al año motivando a nuestra gente para que no nos abandonen y hagan su mejor trabajo.

Nunca me han convencido de que pagarle más a un mediocre lo llevará a convertirse de la noche a la mañana en un empleado de alto rendimiento. ¡Olvidémonos de eso! El dinero no compra el compromiso, eso viene de adentro, de nuestra estructura personal y familiar. Dejemos a un lado el paternalismo y veamos los temas de personal como toca: en las pyme todos, desde el gerente para abajo, tenemos que ser todoterreno.


lunes, 16 de septiembre de 2013

No temas al fracaso

Que lance la primera piedra el que no haya sentido pánico de que otros piensen que fracasó, especialmente sus padres y familiares, en alguna etapa de su vida. Este particular temor les ha impedido a muchos llevar a cabo sus sueños y planes, llevándolos al final de sus vidas a sentir que de verdad fracasaron.

Un reconocido dirigente gremial murió envenenado por la amargura de no haber logrado su sueño de ser músico. En cambio, se convirtió en un admirado ejecutivo que tuvo el mundo a sus pies durante muchos años. Sus amigos dicen que tanta rabia se convirtió en un cáncer que se lo llevó rápidamente. El brillante vocero gremial nunca fue capaz de enfrentar a su familia, de tradicional apellido y rancio abolengo en el Eje Cafetero.

Algo muy similar me ocurrió hace 12 años, cuando decidí convertirme en emprendedora. Tenía un buen empleo, con un salario bastante satisfactorio, un cargo de dirección y tranquilidad en mi vida cotidiana. Cumplía un horario fijo, disfrutaba mis fines de semana, me iba de vacaciones totalmente desconectada de mi trabajo y no me preocupaba pensando de dónde saldría la plata para pagar trabajadores y arriendo. ¡Mi vida era perfecta!

Pero un buen día decidí que esa perfección me tenía incompleta. Le anuncié a mi mamá la noticia y por poco se infarta; durante más de seis meses se dedicó a convencerme de la locura que iba a cometer. Apeló a muchas justificaciones racionales y menos racionales para evitar que yo pasara trabajos. Pero como suele ocurrir cuando tomo una decisión, mi terquedad triunfó. Constituí mi empresa y empecé mi camino.

Muchas piedras se me han atravesado desde entonces. Pero la más difícil de superar ha sido la del temor al Fracaso, ese fantasma insistente que al principio nos desvela y luego se convierte en un aparente inofensivo acompañante. El primer año se aparece cada cierto tiempo, cuando sentimos que vamos por un rumbo equivocado. Con el tiempo creemos dominarlo, incluso lo ignoramos, hasta que una nueva piedra o peñasco cae sobre nuestro camino.

Lo he tenido que ver tantas veces que he logrado entender su raíz en las absurdas exigencias de no quedar mal ante los demás. Con sinceridad, fracasar no sería tan agobiante si lo pudiéramos vivir en la intimidad de nuestra casa, aislados del mundo, encerrados en una cueva a salvo del qué dirán.

Pero como es imposible lograr este beneficio del fracaso a solas, tenemos que trabajar ese temor y convertirlo en un aliado. En economías como la de Estados Unidos un empresario puede fracasar muchas veces y le vale un bledo el qué dirán porque ve esa circunstancia como un aprendizaje. Como le ocurrió a Thomas Alva Edinson cuando alguien le peguntó si no se sentía fracasado tras cerca de 10 mil intentos fallidos por crear la bombilla incandescente. Con la confianza que solía exhibir, el inventor respondió: no he fracasado, solamente he identificado 10 mil formas que no funcionan para llevar a cabo mi invento.


Dejemos el temor al fracaso a un lado, olvidémonos del qué dirán y sigamos adelante con nuestro empeño. Al final, tendremos la satisfacción de haber hecho lo que nos llenaba y no lo que los demás esperaban de nosotros. ¿Acaso no se trata de eso la felicidad?

lunes, 9 de septiembre de 2013

Buscar el ahogado río arriba

Absurdo el debate en que nos hemos dejado involucrar los colombianos sobre si los TLC son la causa de la crisis agraria y la desindustrialización acelerada. Es la falta de acción por parte de los Gobiernos lo que realmente nos tiene en una situación tan compleja de baja productividad.  Aquí estamos como en el antiguo eslogan aquel de que un ‘tubo tuvo la culpa’.

¿Es importante a quién echarle la culpa? No. Señalar si fue el uno o el otro el responsable no sirve de nada cuando el tiempo corre y nuestros ‘socios’ comerciales se inventan cada vez más barreras parancelarias para evitar la llegada de productos extranjeros mientras nosotros les seguimos comprando cada vez más, enredados en nuestros dilemas.  

Ahora el lío es que el presidente y sus ministros tengan cabeza para pensar en lo que le conviene al país cuando ya todo indica que están concentrados en lo que les conviene para su campaña reeleccionista. Y como estamos a menos de un año con toda seguridad seguiremos apagando incendios y haciendo más politiquería para garantizar que se le mejoren las intenciones de voto.

El nuevo gabinete no convence, para mi gusto son más caciques políticos ubicados estratégicamente.
Y los tecnócratas deben estar de luto, con el pañuelo en la mano llorando la muerte lenta de una entidad como Planeación Nacional, que era el pináculo de los grandes economistas. Es un secreto a voces que de eso ya no queda ni la sombra y el DNP perdió la relevancia que tuvo en otras épocas doradas, en donde el Director era una de las voces más autorizadas para determinar el rumbo de la economía del país. Ahora que llega Tatyana Orozco se espera un giro más pragmático. Amanecerá y veremos.


lunes, 2 de septiembre de 2013

Los rezagados del Doing Business

Con el cambio de eje de negocios que está viviendo el país, en el que muchas industrias buscan ahora los puertos para instalar sus plantas de producción y ganar competitividad, ya que el Gobierno no avanza con la rapidez debida en materia de infraestructura, lo preocupante es que en el último Doing Business  se clasificaron en los últimos lugares Cali y Barranquilla, en materia de facilidad para hacer negocios.

En cambio, el Eje Cafetero se sigue moviendo con proactividad para generar un ambiente propicio para los inversionistas nacionales y extranjeros. Puede que en el corto plazo estos mecanismos no generen frutos pero a la vuelta de dos o tres años no cabe duda de que ciudades como Manizales y Pereira les van a coger ventaja a las otras capitales como centros empresariales importantes.

En el caso de Bogotá, que ocupó el tercer puesto, tenemos que sumarle el mal ambiente para los negocios que se ha venido gestando en los últimos años. Los más perjudicados, por el momento, son los industriales y constructores. Los primeros, por las medidas que los ha llevado a trasladarse a poblaciones vecinas, y los segundos por el embrollo del POT por decreto que ha dejado en el limbo las actividades en la ciudad.

En un reciente foro organizado por la Cámara de Comercio de la ciudad el secretario de Hacienda, Ricardo Bonilla, resaltó su orgullo que es Servicios Financieros el sector que más crece en ingresos y empleo. Así las cosas, la capital tendría que sacar partido de su vocación de servicios para compensar los ingresos que dejará de percibir por el trasteo de industrias hacia la Costa Caribe, el Valle y, para no ir más lejos, Facatativá, Cajicá y otros municipios cercanos más amables con los inversionistas.


Y como el Presidente de la República continuará amarrado a estos andes, nos mantendremos como el centro del poder político así que no faltarán los lobbystas  y lagartos internacionales que conserven sus residencias en la ciudad sólo para mantenerse cerca del teatro político. Ciudad de servicios y conocimiento, esa parece ser la vocación de la capital, y no está mal pues también continuaremos siendo el primer mercado de consumo de todo el país, atendido desde los alrededores.

Pero los Gobierno locales y el sector privado en Cali y Barranquilla le tienen que meter la ficha a estas ciudades si no quieren que el cuartico de hora se les vaya de las manos.

domingo, 25 de agosto de 2013

Bienvenido Esteban

La llegada de Esteban Piedrahita a la Cámara de Comercio de Cali es una gran noticia. Se trata de un hombre con una sólida formación académica y experiencia en el campo gubernamental. Como director de Planeación Nacional conoció en detalle todos los intríngulis de la cosa política y saben en dónde es que se tienen que oprimir botones para que  sople el viento a favor de la región.

Lo curioso es que muchos pensaron que Piedrahita había decidido aislarse del panorama nacional cuando regresó a Cali. Incluso aún varios le preguntan cómo se le ocurrió devolverse para la provincia. La respuesta es sencilla: él bien sabe que tenemos todo el potencial del mundo en esa fértil tierra, tan desaprovechada hasta ahora y tan golpeada por la narcocultura que todavía tiene alienada a buena parte de nuestra juventud.

Y al frente de la Cámara tiene todas las posibilidades de lograr cambios profundos en varios frentes. Por una parte, tiene que volver a levantar la fe del empresariado vallecaucano, especialmente de los industriales que a pesar de tantos golpes se mantienen como el grupo más representativo de la manufactura a nivel nacional.
Pero además de impulsar los cambios, Piedrahita tiene que empezar a contárselo a todo el mundo porque sin querer restarle méritos al empuje paisa, gran parte de la admiración que despiertan es porque manejan la estrategia de la gallina: cada que ponen un huevo cacarean como si hubieran puesto mil.

En cambio el vallecaucano se queda mudo. ¿Cuántos saben que en el Valle se va a construir el Parque de tecnología y negocios Zonamérica, con 18 edificios y 138 mil metros cuadrados de oficinas? ¿Y que también tendremos el primer centro tecnológico de la industria automotriz? Y estas son apenas dos de las grandes noticias que tienen por contar.

Claro, también necesitamos embajadores en todo el mundo, especialmente en Bogotá porque parece que algunos periodistas nacidos allá se bogotanizaron tanto que a la menor oportunidad le sacan los trapitos al sol a la ciudad. Para la muestra, el botón del error en la palabrita durante los Juegos Mundiales, que dio para tremendo escándalo. Pero casi nadie mencionó que todas las delegaciones se fueron felices, no hubo un solo asalto a los invitados, y que en las escasas ocasiones en que se reportó la pérdida de costosos equipos, estos aparecieron en cuestión de minutos gracias a la solidaridad de los caleños que se propusieron dejar en alto el nombre de la ciudad.


Qué bueno que además de ser la capital de la salsa y el deporte, Cali ya empezó a entender que lo tiene todo para ser la sede de los negocios a nivel nacional e internacional: buenas universidades, un clima ideal, la topografía adecuada para cualquier proyecto de expansión empresarial y el carisma de su gente, que de verdad recibe con los brazos abiertos a todos lo que llegan a compartir negocios, conocimientos y buena fortuna con ellos. 

lunes, 19 de agosto de 2013

Papayazo en la Andi

Que muchos empresarios afiliados a la Andi estaban inconformes con el estilo de Luis Carlos Villegas es un secreto a voces. Pero más importante que examinar las conductas del que será el nuevo embajador de Colombia en Washington, es definir el tipo de liderazgo que requiere este gremio, que más parece una colcha de retazos que una asociación industrial.

Hace 16 años Villegas recibió un gremio netamente industrial y hoy entrega una amalgama de intereses económicos, que intenta representar a productores y comercializadores. Lo absurdo de esta mezcla se refleja en su sigla,  que sigue siendo Andi a pesar de que se hace llamar Asociación Nacional de Empresarios.

Ahora que el ‘monarca’ abdicó es importante que los afiliados se pellizquen y definan qué representante necesitan pues la industria enfrenta tiempos difíciles desde hace varios años. El primer requisito es que ojalá se trate de un empresarios de verdad, que entienda los retos que enfrentan en un país que ahora compite con las organizaciones más modernas e innovadoras del mundo.

La responsabilidad no es solo de lobby, también requiere una aplicación juiciosa para que a los afiliados los apoyen en materia de cultura empresarial, capacitación de alto nivel y programas de innovación que se apalanquen en los recursos que manejan entidades como el Fondo Innpulsa, que hasta ahora sólo han sido utilizados por empresas que de manera espontánea han decidido aplicar.


En un reciente foro organizado por el Consejo Privado de Competitividad se mencionaba la ausencia de indicadores de productividad aún en las más grandes firmas del país. Pues bien, ahí hay otra tarea pendiente.

Nadie puede estar tranquilo en un mundo con una competencia cada vez más encarnizada y un país con un entorno agresivo en muchos frentes (infraestructura deficiente, bajos niveles de bilingüismo y altos costos de producción, entre otros factores). Es el momento de aprovechar el papayazo para que la Andi de nuevo Ande para los industriales.

domingo, 11 de agosto de 2013

¿Qué tiene ella?

Muchos  expertos han señalado como un efecto indeseado el desequilibrado desarrollo de México después de la suscripción del Nafta con Estados Unidos y Canadá. Que el sur se empobreció mucho más y el norte se benefició por su cercanía geográfica fue una de las conclusiones de un seminario al que asistí el año pasado. ¿Estaremos a las puertas del mismo problema?

Basta con revisar las cifras de las regiones para darse cuenta de que algo no está funcionando bien en varios departamentos de Colombia. En Atlántico los datos son más que buenos, tanto en disminución del desempleo como en materia de inversiones y crecimiento sectorial. En el Valle, en cambio, las perspectivas se ven más oscuras y las noticias de los últimos meses no hacen más que generar más nubarrones sobre el desempeño de las empresas de la región.

¿Qué tiene ella, Barranquilla, que no tenga la de allá, en Cali? La posibilidad de llegar con mejor infraestructura a un puerto marítimo es una gran ventaja, en cambio Cali tiene el problema que Buenaventura sigue enfrentando las mismas dificultades de hace 30 años. Hoy la gente se va contenta para la capital del Atlántico, porque cuenta con buenos colegios, una infraestructura de servicios públicos que crece y, en general, un buen entorno para la consecución de mano de obra calificada.

En Buenaventura, en cambio, la pobreza sigue enraizada. Los ejecutivos que se contratan para trabajar en esa ciudad se aguantan de lunes a viernes pero realmente ‘viven’ en Cali dadas las pésimas condiciones de infraestructura en servicios de salud, educación y entretenimiento. ¿Pero qué es Cali sin un buen puerto? Para que la ciudad vuelva a ser atractiva es necesario hacer más que ruido sobre las ventajas de la Alianza el Pacífico, hay que meterle el hombro a Buenaventura y volverla de verdad una perla.

Invertir en cultura, en educación, en salud, en la infancia y pensar a largo plazo en cómo enseñarles a pescar en lugar de seguir botando plata en proyectos asistencialistas que poco o nada han hecho por esta ciudad. Invertir en este puerto sobre el pacífico es invertirle a todo el Valle y de verdad convertir a Cali en la sucursal de los negocios, no solo del cielo.

lunes, 5 de agosto de 2013

No es tan malo ser cucaracha

Hace algunas semanas me reuní con un par de empresarios con gran experiencia en el sector de grasas y aceites, quienes explicaban los ajustes y grandes inversiones que tuvieron que hacer para acomodarse a la prohibición del uso del cebo animal en la producción de grasas para el consumo humano.

Un tanto apenados, pero riendo de buena gana, reconocieron que se dejaron llevar por la bendita costumbre muy colombiana de esperar  a que se corrieran los plazos para que entrara en vigencia la norma, en lugar de prepararse con anticipación para recibir los cambios en las mejores condiciones.

"Le confesamos que nosotros hicimos un grupo de presión con el que pasamos varios oficios al Ministerio de salud. Pedíamos dos años para ajustarnos a la norma, aunque pensábamos que nos iban a dar por lo menos uno. Al final, nos dieron lo que estaba establecido, apenas 6 meses, pero se nos fueron en el desgaste de la pelea y nos cogió la noche”, dijo uno de los entrevistados.

Con casi un año de retraso, uno de ellos vio cómo sus ventas se redujeron en casi un 25%. Este campanazo lo despertó y decidieron invertir cerca de dos mil millones de pesos en el montaje de una nueva planta, toda con tecnología colombiana. Ahora ya se encuentran preparados para lo que viene y dicen que aprendieron la lección, porque en materia de negocios más vale actuar proactivamente que sentarse a llorar sobre la leche derramada.

Lo mismo les ha pasado a muchos frente a los TLC. Duramos tantos años definiendo el cómo, el qué y el cuándo que pensamos que nunca se iban a volver una realidad. Y ya lo son. El acuerdo con la Unión Europea entró en vigencia la semana pasada. Frente a él vemos dos posturas: los que siguen llorando sin hacer nada para cambiar y los que secaron sus lágrimas y están reinventando su negocio porque saben que nadie va a salir a lanzarles un salvavidas.

Esto me recuerda a un consultor que alguna vez comparó a las pyme con las cucarachas, pero no por lo malucas e indeseables (aunque a algunos funcionarios del Gobierno así les parezcan). Por el contrario, por la resistencia que tienen y la capacidad de mutar para ajustarse a cualquier entorno agresivo, al punto que los científicos afirman que en caso de una hecatombe nuclear serían las únicas capaces de sobrevivir y adaptarse.

Bueno, es el momento de que nuestras ‘cucarachas empresariales’ saquen sus mejores cartas y demuestren esa capacidad de aguante y adaptabilidad con la que han venido acomodándose a un país con una pésima infraestructura vial, un entorno tributario totalmente agresivo y altos costos de operación.


domingo, 28 de julio de 2013

Desplante a los caleños

No fue bonito que el Presidente Santos dejara a los caleños con los crespos hechos el jueves pasado, en la inauguración de los Juegos Mundiales, un evento que por primera vez se realiza en América Latina. Como caleña, me sentí ofendida e identificada con los transportadores de carga, que durante su Congreso Anual apenas recibieron un ‘caluroso saludo’ del primer mandatario en lugar de una visita que mostrara su compromiso con un sector golpeado por los altos costos, la mala infraestructura, las débiles políticas gubernamentales y la competencia desleal.

Curioso, que a pesar de su ‘bronquitis’, Santos hubiera tenido tiempo para ir a Paipa con su séquito de ministros a negociar cómo va su reelección. Seguramente a ver cuántas casas más necesitan para asegurarse el cargo y evaluar qué otro ‘Pipe’ anunciará para meterle gasolina a la construcción, que es la única que saca la cara por la economía del país. A mí, no me pareció elegante que se fuera a politiquear con sus ministros pero aquí ya ni pena les da quedar en evidencia.

Tal como lo dijeron en la Luciérnaga, el doctor Santos tendrá que patentar la fórmula para la bronquitis porque en pocas horas se repuso de su malestar. Esas ausencias marcan el estilo de campaña con el que se manejará la campaña del 2014, que ya empezó. ¿Será tan poquita cosa Cali  en términos políticos que no amerita ir a hacer presencia? ¿Pesarán tan poquito los transportadores que no vale la pena pegarles un saludito en persona?

Seguramente sí. Todos saben la crisis política por la que atraviesa el departamento del Valle en los últimos 8 años y los enormes esfuerzos que hace el alcalde de la capital, Rodrigo Guerrero, para recuperar la fe perdida. Del gobernador (¿Qué cómo se llama?) no se sabe mayor cosa, muy deslucida su gestión después de un proceso tan cuestionado para que lograra ese cargo.


A Santos hay que invitarlo es a dormir a las casas regaladas e incluirle un kit de calzoncillos tipo bóxer, un ejemplar de El Tiempo, una taza de tinto y una rueda de prensa bien nutrida. Así que ya todos saben, si lo que quieren es la bendición presidencial incluyan esto en la agenda, más unas cuantas casitas gratis  y verán que allá llega sin falta.

miércoles, 24 de julio de 2013

Pataleo de ahogado

Acabo de leer la columna del economista Hernán Avendaño, asesor del Ministerio de Comercio en materia de políticas industriales. Este extenso artículo completa los que semanalmente escribe en Portafolio defendiendo la 'política industrial', esa que hasta el mismo presidente Santos aceptó que necesita más atención.

Un experto como el dr Avendaño se ha enconado contra todos los que atacan a 'su' Ministerio por slafalta de acción en materia industrial. ¿Será que el director de Anif, Sergio Clavijo, y el de Fedesarrollo, Leonardo Villar (ambos ex codirectores del Banco de la República) están tan pifiados en sus análisis? Yo lo dudo, ambos son tan respetables y respetados por su experiencia y formación académica que no se puede poner en tela de juicio la idoneidad de sus análisis con respecto al proceso de desindustrialización que ha vivido el país a expensas del auge minero energético.

Para sostener su tesis de que todo en la industria va bien (aunque el Minhacienda también reconozca que nos ha faltado acción en el plano industrial y las cifras del Dane lo reconfirmen) realiza unos tremendos ejercicios estadísticos que luego expone en su columna. Interesante que se dedique al análisis, pero mucho mejor sería que le metiera práctica a su ejercicio intelectual y de verdad empezara a empujar a 'su' ministerio en la ruta que corresponde y que el presidente Santos se ha comprometido a impulsar.

En suma, puro pataleo de ahogado.




martes, 23 de julio de 2013

Aló, teléfono roto

Cuando era una niña jugábamos al famoso teléfono roto con los amigos del barrio. De una frase que empezaba más o menos como “quiero mucho a mi papá”, terminábamos 6 amiguitos después con una del estilo “quiero pollo con papas”. Pues bien, este juego lo hemos vivido muchos en nuestras empresas. A diario gastamos horas valiosas, papeleos costosos y procesos largos intentando comunicarnos con los otros para exponer nuestras necesidades. Infortunadamente, en la mayoría de los casos terminamos recibiendo un pollo con papas cuando lo que queríamos era firmar ya los papeles.

En fin, estos problemas de comunicación se dan en todas las esferas de nuestras vidas. En la pareja, con los hijos, nuestros padres y nuestros colegas. ¿Por qué pasa esto con tanta frecuencia? En mi caso, he concluido que se debe a mi manía de suponer que la gente entiende mis gustos y requerimientos. Puede ser por comodidad que no llego al punto de reconfirmar o parafrasear con mi interlocutor lo que hemos venido conversando. En otras oportunidades, temo lastimar el ego del otro si le pregunto ¿podrías por favor confirmar qué entendiste de esta conversación?

Es tan complejo este asunto que hemos optado por grabar las reuniones con clientes para verificar el mensaje pues en muchas ocasiones ocurrió que las tres persona que asistimos a una negociación entendimos cosas totalmente diferentes. En esta situación intervienen muchos aspectos. Uno de ellos es la marca cultural que traemos todos y un ejemplo sencillo es descifrar el significado de charro. En el Valle esa palabra quiere decir malo, aburrido, flojo. Pero en Antioquia es sinónimo de divertido, chistoso o simpático. ¡Ve qué tan charro!

Lo mismo está pasando con el Gobierno y el presidente Santos en particular. Un ejemplo sencillo tiene que ver con el anuncio de detener las negociaciones de TLC’s y acelerar en materia de política industrial. Desde que se supo la noticia he leído cuanta noticia, comunicado y entrevista se ha publicado y aún no logró descifrar qué quiso decir el Minhacienda con su anuncio. ¿Vamos a cerrar el ciclo de los 18 TLC’s?¿Dejaremos las cosas como están hoy? Ni siquiera una entrevista con el ministro Sergio Diaz Granados despejó mis dudas.

Y esto ha venido pasando en muchos asuntos oficiales. Por eso no se nos hace raro que estemos ad portas de un paro que promete paralizar el país, pues si así como ni siquiera han logrado explicar bien un anuncio sencillo como el de los tratados de libre comercio me imagino los enredos conceptuales que armarán en la mesa de diálogo con los representantes del agro, los transportadores y demás. El asunto es grave pues se trata de llegar a entendimientos claros con personas que vienen de mundos diferentes: burócratas vs empresarios, o políticos vs agricultores.


Lo peor es que ahora el presidente Santos respondiendo a los clamores de mano dura que muchos han hecho se envalentonó y anunció medidas fuertes para quienes marchen ese día, incluso acusó a un Congresista de orquestar estos movimientos sin tener pruebas claras sobre el asunto. La mejor recomendación es que el Presidente no se fíe de los mensajes que le mandan con sus burócratas y más bien verifique con los actores principales cuáles son las quejas de los agricultores, transportadores y empresarios, en general. Así no tendrá que arrepentirse cuando le llegue un pollo con papa en lugar de un buen Acuerdo para la patria.

domingo, 14 de julio de 2013

El talento no basta

Puede que a muchos no les haya gustado la nueva serie sobre la selección Colombia, pero como dicen por ahí en un comercial, a mí me gustó. Y no me refiero al talento actoral, que seguramente mejorará en los próximos capítulos, sino a las lecciones de vida que se han mostrado inspiradas en el Pibe Valderrama, Freddy Rincón y René Higuita. Faustino es un cuento aparte, cuya historia más bien refleja la actitud facilista de aquellos a quienes Dios dotó de talento excepcional.

Con algo de recelo decidí ver uno de los capítulos de la serie sobre el tricolor nacional. Más allá de las pelucas raras que usan los protagonistas me causó emoción el comportamiento de personajes como el Pibe y su obsesión con pertenecer a la selección Colombia. Puede que haya mucho de ficción en el libreto pero es grato ver un programa en donde se exalta el valor de la disciplina y el trabajo honesto para salir adelante.

Lo más interesante es ver el contraste con la actitud de un Asprilla brillante en la cancha y desordenado en su vida personal. Finalmente, al Tino la vida le dio la oportunidad de triunfar y seguramente tuvo que ponerle algo de orden a su comportamiento para destacarse en el fútbol internacional. Pero si el Tino hubiera sido más juicioso muchos piensan que Colombia habría tenido un gran crack a la altura de Messi.

El otro extremo es Rincón, un hombre sufrido, salido de la más extrema pobreza de Buenaventura a quien todo le sale al revés. Ver esa historia de mala suerte constante me hizo reflexionar sobre los miles de personas que desisten en sus objetivos y aspiraciones con el primer tropiezo. Pero Freddy no se dejó ganar por la mala racha y logró convertirse en una gran figura del deporte nacional. Su brillante paso por la selección se vio opacado años después por sus problemas con las autoridades, pero ese es un episodio que no logró borrar su luchado ascenso deportivo.


A mí, que me gusta ver los partidos de la selección Colombia pero no soy una gran experta en temas futbolísticos, me parece un alivio ver las desventuras y aventuras de este grupo de colombianos que alguna vez nos hicieron gritar, llorar y soñar con estar entre los mejores del mundo. Un oasis en medio de una programación plagada de delincuentes, narcos y prepagos, que poco o nada aportan a la teleaudiencia.

lunes, 8 de julio de 2013

A mover la maquinaria

Ojalá que el presidente Santos hubiera aprovechado la manejada de yipao y camión, en Armenia hace unos meses, para intentar llegar a Bogotá por tierra en vez de tomarse nada más la foto para la noticia. Así habría comprobado el avance de su política de infraestructura: hace 3 años se hacía el trayecto Bogotá- Cali en 9 – 10 horas, hoy se gasta uno ¡14-15 horas! Qué logros en competitividad, si eso es en carro particular no me imagino lo que se demora una tractomula. Eso sí, para seguir buscando TLC les rindió.

El dichoso viajecito no lo hacía por tierra desde hace un año, en diciembre preferí el avión por el tema del invierno. Pero convencida de que en verano y con tanto anuncio de avances en la ejecución de infraestructura la cosa iba a salir muy bien decidimos aventurarnos. Aquí va un resumen del viacrucis:

Estación 1. Salida por Soacha: a mi esposo se le ocurrió la brillante idea de salir por ese despelotado municipio. La vía está hecha a pedazos, se atraviesan motos, busetas, bicicletas, en un tramo hay cuatro carriles y en el siguiente apenas dos. Dos horas de recorrido desde la avenida ElDorado hasta el peaje de Suchacá.

Estación 2. La ’dizque’ doble calzada a Girardot: Trancón en ambos carriles desde Chusacá hasta Fusagasugá, con tramos que pasaban de dos a un solo carril. Un pequeño envión rápido y nuevamente fila en el tramo de la variante Melgar hasta Tolemaida porque no han avanzado casi nada desde que pasé por ahí hace un año largo. Cuatro horas de recorrido desde Chusacá hasta la variante a El Espinal.

A esas alturas ya estaba a punto de pedir que nos regresáramos y compráramos el tiquete aéreo, pero las filas de carro estaban en los dos sentidos, así que estoicamente me tragué mis ideas y continuamos.

Estación 3. Tramo Ibagué – Calarcá (La Línea): Trancón de 1 hora en la vía antes de Cajamarca, por reducción del carril. Más adelante, de nuevo, reducción a un solo carril, apenas empezando la vía y justo antes del peaje. Media hora para que pasaran los que iban, luego media hora para los que venían. El panorama es desolador: varios viaductos sin terminar se ven abandonados y presa de la maleza y el dichoso túnel no tiene cara de avances significativos.  Dos horas de recorrido en ese tramo.

Hasta que por fin llegamos al Quindío y muy rápidamente a la doble calzada del Valle. No sé cuántos años lleva construida esta  red vial, pero no se compara con el desastre de vías que tiene la capital del país. Claro, me dicen que la vía a Buenaventura es otro desastre, no se ven grandes logros en lo que será 'la perla logística' de este Gobierno.


Señor Presidente, señor Ministro de Comercio, señora Ministra de Transporte, dejen de andar echando carreta y prendan la maquinaria a ver si por fin le abrimos vías decentes a nuestros empresarios pues no sacamos nada echando el cuento de que hay que invertir en reconversión y transformación productiva cuando no han sido capaces de terminar la dichosa ‘dizque’ doble calzada a Girardot. Y paren esa idea de que tenemos potencial en turismo, vergonzoso que venga un extranjero, se salve de un paseo millonario, lo invitemos a darse una vueltica por la sabana y más se demore en llegar a su destino que en tener que devolverse para su tierra.

martes, 2 de julio de 2013

Espejito, espejito

Había una vez un presidente de un país suramericano, que soñaba con ser el más moderno, el más justo y el más seguro. Con su idea en mente todos los días le preguntaba a un espejo mágico que le manejaba las finanzas: espejito, espejito ¿cuál es el país más justo, más moderno y más seguro? A esto el espejo, que se llamaba Mauricio, le contestaba: el tuyo rey presidente, Colombia es el país más justo, más moderno y más seguro.

Mientras este Rey Presidente se inscribía en los clubes más exclusivos del mundo, en el que sólo recibían a los países más justos, modernos y seguros, la industria de su país caía a un ritmo acelerado, los agricultores realizaban paros cada dos meses inconformes por las condiciones que enfrentaban y los exportadores mantenían sus ventas en los mismos niveles del 2008.

Feliz de ser el rey presidente del país más moderno (aunque la infraestructura no diera para competir en costos con otros reinos del norte, el este y el oeste), justo (a pesar de que la informalidad laboral siguiera por encima del 60%) y más seguro (aunque asesinaran a un agente de la DEA en un cotidiano paseo millonario en una zona exclusiva de la capital), este noble mandatario viajaba con frecuencia a otros reinos a mostrar los números que su espejito mágico le entregaba para que sacara pecho en esas nobles cortes.

Y, claro, los reyes presidentes de esas otras latitudes alababan la libreta de cifras del rey presidente al punto que le dieron una calificación BBB para reconocer su labor en materia de deuda pública,  Con esta noticia, el rey presidente se entusiasmó tanto que solicitó acceso a un exclusivo club del Atlántico Norte, con tan mala suerte que reprobó el examen de geografía y no lo aceptaron.

Pero no se rindió, continuó buscando nuevas calificaciones, con agencias de gran reputación y otras no tan conocidas pero que le seguían alimentando el sueño de ser el rey del país más moderno, más justo y más seguro.

Para mejorar su linaje, el rey presidente decidió casar a su hija, Economía, con un noble príncipe, pero como había tantos buenos partidos disponibles decretó que ella podía casarse con muchos. A estos acuerdos matrimoniales los llamó TLC. Por lo menos 18 príncipes iniciaron los diálogos para aspirar a la princesa, pero el más influyente era el príncipe Estados Unidos, de un poderoso reino un poco emproblemado con sus finanzas que buscaba mejorar negocios con la generosa dote de aranceles que el rey presidente ofreció a cambio de su hija Economía.

Poco a poco la princesa Economía selló sus reales votos matrimoniales con varios y apuestos príncipes, a los cuales ni siquiera conoció personalmente. Y como era de esperarse, la pobre Economía empezó a sentirse cansada y utilizada al estar en manos de tantos nobles herederos y entregarles su dote sin mayores retribuciones a cambio.

Desesperada, recurrió a su padre, el rey presidente, para pedirle que hiciera algo por su deteriorada infraestructura y les lanzara un salvavidas a los golpeados industriales antes de que sus múltiples esposos príncipes terminarán de consumirla completa.

El noble rey la miró con una sonrisa socarrona y le dijo: Mi querida Economía, ya no hay nada que hacer, ese es el costo de volvernos el reino más moderno, justo y seguro. Además, no te quejes porque gracias a tus distinguidos esposos podemos entrar a los clubes más exclusivos y todos nos recordarán como la Dinastía que más TLC logró en apenas 4 años. Además algunos de tus hijos serán rubios, de ojos claros y ya no tendremos que pagarles un colegio bilingüe para que aprendan inglés. Así que mejor te quedas callada y recuerda que al que quiere azul celeste, que le cueste.

domingo, 23 de junio de 2013

Noticias en retazos

Una repasada a los titulares de la última semana me dejó un sabor agridulce.  “Se desinfló la llanta”, tituló su columna el experto Mauricio Cabrera, comentando el cierre de la planta de Michelín en Cali que deja a 462 personas sin empleo. “Superávit comercial en vías de extinción”, noticia del miércoles sobre la continua caída de las exportaciones mientras las importaciones crecen a un ritmo del 16,5%. “De agache”, es la columna del representante Miguel Gómez en la que expresa su preocupación por las negativas señales económicas.

“Importaciones y contrabando amenazan a los fruticultores”, “se incrementó el robo de ganado en el país”, “Crecimiento económico ¿lo mejor está por venir?”. Estas son algunas perlas de las nuevas en materia de economía. Hasta que por fin, el viernes, el Dane anunció con bombos y platillos que Lázaro estaba resucitando: la industria repuntó un 8,4% en abril (aunque en el cuatrimestre seguía cayendo 2,7%).

Entonces volvió a mi mente el comentario de Sergio Clavijo, en un reciente seminario, en el que se mostraba sorprendido porque en el Dane siempre que hacen una revisión de cifras estas mejoran con respecto a la inicial. Claro, descartó que las estuvieran ‘arreglando’  a las malas pero sí dejó en el aire cierto tufillo de duda con respecto a la metodología que aplican en esa institución.

También recordé a un impetuoso ministro de Comercio, unos 20 años atrás, que sin pudor alguno llamaba a los empleados de su periódico a dictarles el titular de la noticia que iba a anunciar en algún foro. Y, por supuesto, se convertía en la noticia del día siguiente. Tanta práctica le enseñó al presidente Santos que los medios son un modo efectivo de manejar la opinión. Si está maluca la cosa, genera un titular y asunto arreglado.

Además, en un país en el que hay tanto movimiento, sólo nos demoramos unos 5 minutos en olvidar la última noticia y pasar a la siguiente. ¿Qué ha pasado con la denuncia de Daniel Coronel sobre el ingenio Riopaila?¿Pasará algo con su columna sobre La Fazenda? Por el momento, Interbolsa sigue siendo protagonista, por los rimbombantes nombres que involucra y los ilustres tumbados. Esperemos a ver qué más sorpresitas nos deparan las cifras para el próximo mes.


lunes, 17 de junio de 2013

Innova o siéntate a morir

Jack Welch, el legendario presidente de General Electric, tenía claro que la labor de un empresario está basada en la innovación constante: en productos, en procesos y hasta en la manera de relacionarse con los clientes y proveedores. “Si no llegas todos los días con una buena idea para tu negocio lo mejor será que te sientes para ver a tu empresa morir”, sentencia el ejecutivo ya retirado.

Después de una buena dosis de la serie Gigantes de la Industria, que transmite el Canal The History Channel (THC), he logrado levantar un excelente inventario de buenas ideas para poner en marcha o reforzar en nuestro tarea diaria de liderar una iniciativa empresarial. Aquí van algunas:

-        Hay que tomar los riesgos que nos exija nuestro negocio
-        La perseverancia es una virtud que se debe cultivar
-        El trabajo duro siempre será una norma
-        Las oportunidades por lo general vienen disfrazadas de problemas
-        Los líderes siempre ‘ven’ las situaciones de una manera distinta
-        Ganar es la única palabra permitida en su léxico


Pero por encima de todas estas propuestas, la innovación es el patrón que ha determinado la creación y el crecimiento de un negocio exitoso. Allí es donde ha radicado la clave de los emporios industriales sobre los cuales se construyó la economía estadounidense, y se han mantenido como la única receta válida para saber enfrentar los cambios de tecnologías, de clientes y de culturas.

miércoles, 12 de junio de 2013

Muy pronto, Edición Especial Gacela 2013

El 2012 fue más difícil de lo que muchos pensaron ¿qué nos depara el 2013? Léalo en la Edición Especial Gacelas, la próxima semana

martes, 11 de junio de 2013

Lluvia de TLC´s

Tanta noticia sobre nuevos tratados de libre comercio me dejaron ‘noquedada’. Alianza del Pacífico, a la que no asistió un solo representante de nuestros compatriotas de las costas del pacífico, Panamá, que se destrabó quien sabe por qué mágicas razones después de un año y medio de bloqueo, Israel, al que se le hacían ojitos desde el año pasado y la Unión Europea, que estaba pendiente de ratificación en el Congreso. Lo único que espero es que no nos pase lo de la niña bonita, que sale con muchos y al final se casa con el menos indicado, el más arrancado y mala clase de todos.

Ya se cocinan además los acuerdos con Japón, Costa Rica, Australia, Nueva Zelanda, Comunidad del Golfo, República Dominicana y Rusia. Uy, qué cansancio, el Ministro de Comercio ya debe tener millas como para viajas gratis en lo que le queda de vida gracias a los encarguitos del Gobierno.

De los suscritos hasta la fecha, el más rimbombante es el TLC con Estados Unidos, de los otros no se ha sabido mayor cosa ¿será que no es tan sexy hablar de cómo avanza el intercambio con los chilenos o los mexicanos? Que recuerde, a ninguno se le celebró cumpleaños con la pompa con la que se le hizo al del país del norte, seguramente es porque ellos también hablan español y es más chic cantar el cumpleaños feliz en inglés. En cuanto a los demás países, en el Dane no se registra un significativo intercambio después de que se suscribieron los tratados y la mayoría de esas naciones son tan poco representativas en materia de compras a Colombia que la mayoría aparecen en el grupo de ‘otros países’.


Según el boletín del Dane, con corte a abril de este año, los principales destinos de los productos colombianos fueron EE.UU. Alemania, Ecuador, Bélgica, Perú, Japón y México. ¿Cuándo le hicieron la fiesta al país manito? La buena noticia es que como vienen tratados en otros idiomas esos sí los vamos a celebrar, para mostrarnos muy internacionales. ¿Y será que el año entrante tendremos otra celebración del segundo año del TLC con EE.UU.? Ojalá que para esa fecha los resultados de la balanza comercial nos favorezcan mucho más que los de este cumpleaños, en donde el regalito fuimos nosotros empacaditos en un lindo papel de regalo con la marquilla ‘made in USA’.

martes, 4 de junio de 2013

El 'síndrome del levantado'

Yo, que vengo de una familia humilde cuyos orígenes estaban más cerca del campo que de la ciudad, siempre me he cuidado de padecer el ‘síndrome del levantado’, esa fea dolencia en la que el afectado después de escalar ciertos peldaños sociales y económicos  lucha a brazo partido por ingresar a los círculos más exclusivos, esos lugares en donde luego de chequear los antecedentes genealógicos lo miran como a un gusano venenoso. Después del oso internacional que acaba de pasar Juan Manuel Santos, con su anuncio fallido de ingresar a la OTAN, he concluido que tiene un caso grave del ‘síndrome del levantado’.

Y es que esta dolencia se padece hasta en las élites, en donde también hay niveles, es algo así como una monarquía moderna en la que según tus orígenes sociales o el tamaño de tu billetera te dan un título real. Hay duques y duquesas, condes y condesas, príncipes y princesas, pero lo peor es ser dama de compañía, que es el caso de muchos ‘levantados’ que no alcanzan a llenar los exigentes requisitos para alcanzar un título ‘nobiliario’, comprarlo o emparentar  legalmente con alguien de sangre azul.

El Presidente Santos, a quien no le falta abolengo social, económico y político en Colombia, está desesperado por ser aceptado en esos exclusivos círculos internacionales a los que sólo entran quienes cuentan con las debidas credenciales de desarrollo, billetera y ‘modernidad’.

Además del desatino diplomático, porque Colombia está bastante lejos el Atlántico Norte, esta movida lo único que refleja es la aspiración de un presidente de país en desarrollo a compartir manteles con los mandatarios del primer mundo, cual típico levantado estrato 4 que lucha por ser aceptado en el Club El Nogal aun cuando va a empeñar hasta la camisa para comprar la acción.

Sin duda alguna, la euforia de ser admitido para el proceso ante la OCDE llenó de confianza a nuestro Presidente, que ahora quiere a diestra y siniestra inscribirse en los clubes internacionales de mayor prestigio. Ojo, que el trabajo que se viene con la OCDE es grande, allá es diciendo y haciendo, y con lo que hemos visto de Santos en estos dos años y alguito de mandato es que se habla bastante pero se ejecuta muy poquito.


La verdad, el palo no está para cucharas pues los resultados del sector privado en el 2012 fueron realmente malos (según nuestro análisis sectorial de la Edición Gacela que circulará la próxima semana). Los empresarios están listos para actuar, se han concientizado pero se requiere de un Gobierno pragmático y comprometido que deje de mirar hacia afuera, a ver en qué otro TLC nos embarcan o en qué Club nos reciben para ir a estrenar corbata. Aquí le toca al doctor Santos bajarse de su brioso corcel y empujar la infraestructura, actuar bajando los costos de producción y anticipar situaciones de crisis para que deje de improvisar ante cada paro o protesta de empresarios enojados.

domingo, 26 de mayo de 2013

Menos parafiscales ¿más CREE?

Feliz le recordé a la contadora que a partir de la próxima semana quedará formalmente adoptado el desmonte de los aportes a SENA e ICBF sobre la nómina. “No se alegre tanto”, me contestó, “porque espere y verá lo que le va a tocar a pagar por el CREE”. Hicimos los cálculos, y en principio  con las ventas actuales y el personal contratado el alivio será de un 30% sobre lo que veníamos pagando. Pero la cosa empezó a cambiar de color cuando calculamos el monto del impuesto teniendo en cuenta las proyecciones de ventas, en un estimado apenas razonable para nuestro negocio, y con la misma planta. Entonces entendí que el famoso alivio puede resultar perverso para la productividad laboral, ya de por sí bastante baja en nuestro país.

No se trata de ningún pecado, hasta el consultor más mediocre daría el mismo consejo para tener éxito en los negocios: “Venda más, gaste menos, controle el costo”. Pero en el caso del CREE este consejo no serviría de nada pues quien dedicara sus esfuerzo a capacitar a su personal para generar más productividad en su gestión, vender más y gastar menos, terminaría pagando incluso más de lo que pagaba antes, cuando nos clavaban todos los impuestos a la nómina.

Este es el tipo de anuncios efectistas del Gobierno de Juan Manuel Santos, que todos celebramos con bombos y platillos hasta que entendemos la minucia. Una manada de cortoplacistas, eso es lo que son los miembros del gabinete. Ni más, ni menos. Lo importante es generar titulares, e ir abonando el terreno para los voticos, como si los de las casas gratis no le bastaran para asegurarse su segundo periodo.


Lo que menos entiendo es por qué hay tan poquitas voces sacando estos trapitos al sol. Pareciera que el estilo ‘todos son mis amigos’ de este Gobierno se nos estuviera pegando. Seguramente es muy desagradable encontrarse a alguno de los ministros en el club y tenerle que poner la cara después de haberlo criticado. Pero siempre será mejor ponerse colorado un rato que pasarnos pálidos el resto de la vida.

Si no empezamos a hablar ya, nos van a seguir enredando con más anuncios flojos, como el del Pipe, y nada de sustancia para impulsar la competitividad empresarial.

jueves, 23 de mayo de 2013

¿Quién llora por Bogotá?

Totalmente desinflada salí del Foro convocado por la Cámara de Comercio de Bogotá para conocer las perspectivas económicas de la ciudad. El quorum fue pobrísimo.  Y los que estaban tenían más cara de economistas y técnicos que de empresarios. A la presidenta de la Cámara de Comercio, Mónica De Greiff, no se le oyó decir ni mu. En cambio, salió a toda velocidad hacia el parqueadero a recibir al alcalde Gustavo Petro cuando llegó a cerrar el encuentro. Con cara de ponqué, Petro inició su intervención desubicado y sin la información completa sobre las cifras que se acababan de presentar.

Fue tan flojo el nivel del debate, que personajes de la talla de Mauricio Reina y José Antonio Ocampo no tuvieron mucha carne para discutir. Para mi gusto, se mostraron demasiado educados con sus anfitriones y se abstuvieron de hacer críticas profundas a la falta de políticas empresariales en el distrito. Pero sí advirtieron que otras ciudades, como Barranquilla, Medellín y Cali ya avanzan porque cuentan con una alianza entre gobierno y empresarios que les permite consolidar proyectos en lo económico.

El secretario de Hacienda, Ricardo Bonilla, se mostró dolido con quienes criticaban la gestión en la ciudad y se armó de cifras para demostrar que en la capital los que nos dan de comer son los banqueros, los inmobiliarios, la alcaldía a través de los servicios sociales de salud y educación, los comerciantes, los restauranteros y los hoteleros.

Para él lo de la desindustrialización no es preocupante ni mucho menos. Sin embargo, aceptó que los manufactureros sí se han resentido en los últimos años, básicamente por dos razones: el traslado de empresas hacia los puertos y otros municipios cercanos a la ciudad, y la conversión de industrias a comercializadoras. Pero como es un mal de muchos, pues consolémonos como los tontos.

Lo peor de todo es que no tuvo cómo mostrar una sola cifra sobre la evolución del sector servicios, al que pertenecen los bancos, los inmobiliarios y todos los que generan los principales ingresos de Bogotá. La razón es simple: en el Dane todavía no encuentran cómo cogerle la comba al palo con estos sectores y apenas hacen algunos amagos con la Encuesta de Servicios.

Para contrastar su visión, Reina contó cómo de las 755 empresas que empezaron a exportar a Estados Unidos el último año, 513 son de Bogotá y casi todas de manufacturas, confecciones y agroindustria. Qué paradoja que unas empresas enclavadas en lo alto de los Andes, con una infraestructura pírrica, unos costos logísticos exorbitantes, en una ciudad que no valora sus aportes a la economía regional se hubieran puesto en la tarea de alcanzar mercados en el norte del continente. Pero para el señor Bonilla este asunto es de poca monta.

Que sigan así en la alcaldía, para que vean que a la vuelta de dos años no les van a quedar industrias que les ‘regalen’ el ICA con el que sostienen toda la parafernalia de la Cámara de Comercio de Bogotá y alimentan las arcas de una alcaldía que piensa que para generar progreso social no hay que incentivar al sector privado sino contar con programas de subsidios a diestra y siniestra. El señor Bonilla se encargó de anticipar esta desgracia: en el 2011 el recaudo de ICA del sector industrial cayó 2,6% y en el 2012 la reducción fue del 6%. El sector financiero, en cambio, creció su aporte en 15,64%.

¿Saben en la alcaldía por qué crece el sector financiero en Bogotá? Porque hay industrias que contratan empleados y necesitan servicios financieros para continuar operando. A ver de dónde van a seguir sacando sus utilidades en la capital cuando los industriales decidan que es mejor partir, o volverse comerciantes antes que seguir siendo ignorados.¿Y ahora quién llora por Bogotá?

domingo, 19 de mayo de 2013

El humilladero capitalista


Crecer en ventas y en utilidades hasta el infinito y más allá. Esas máximas, que generan titulares rimbombantes cuando los bancos y las grandes empresas revelan sus resultados del año, fueron las causantes de la tragedia en la que murieron 1.127 personas en Bangladesh. Pero no hay que ir tan lejos. Ahora en Facebook circula una campaña contra una cadena de almacenes por sus prácticas poco justas con proveedores y empleados. Y varios proveedores de Jumbo, que recientemente empezó a operar los antiguos almacenes Carrefour, ya advierten que las cosas pintan peor con los chilenos que con los franceses.

Para nadie es un secreto que las grandes marcas de ropa, tecnología, vehículos y muchos otros productos, decidieron contratar en Asia para disminuir sus costos de producción. Esa decisión empresarial, que ha dejado a miles sin empleo y amenaza con dejar a otro tanto de colombianos también en la calle, les ha generado una gran bonanza a varios países de la región.  A cambio, millones de trabajadores viven hacinados y en pésimas condiciones de vida para que su país ‘compita’ exitosamente.

¿Qué pasó con el rollo de la innovación? ¿Acaso es un puro cuento chino? Porque lo cierto es que más allá de la tan cacareada innovación empresarial lo que realmente cuenta es bajar el costo de producción a como dé lugar, especialmente, en la mano de obra. No hay confeccionista en Colombia que no reconozca que le queda imposible competir en costos con algún país oriental.  Por eso los que hoy pueden competir y sostenerse decidieron apostarle al mismo juego, y comprarles a sus enemigos para equiparar costos.

Colombia firmó el TLC con Estados Unidos para no quedarse por fuera de la moda, y el embajador de ese país ha reconocido que Estados Unidos firmó con Colombia porque sabían que otras naciones ya nos habían puesto el ojo para venir a inundarnos con sus mercancías fabricadas en Asia y querían quedarse con su tajada del mercado. Con China no hemos firmado nada, pero no se necesita porque el contrabando es tan efectivo que ya casi sobrepasa a los americanos en el valor de sus importaciones hacia nuestro país.

Mientras tanto nuestros pequeños y medianos industriales siguen emproblemados. Y no es sólo la competencia importada. Durante años las grandes cadenas de comercio locales han mostrado una voracidad tan agresiva como la que llevó a Bangladesh a canjear el bienestar de sus ciudadanos por plata.

¿Qué nos quedará cuando no haya tanto dólar de la locomotora minera y el presidente Santos se canse de hacer casas porque ya logró la reelección? ¿Será que con las últimas cifras del Dane, en donde se reconfirma la aguda crisis de la industria nacional, por fin en Palacio se dan cuenta de que les toca trabajar seriamente por los productores locales en vez de inventarse programitas con nombre de cantante vallenato? ¿Será que por fin deciden crear el bendito ministerio de Industria, ojalá con un ministro tan bueno como resultó ser Sergio Díaz Granados para firmar TLC´s sin considerar las condiciones de la industria y el agro? ¿Y será que la Superintendencia de Industria y Comercio le presta atención a los comentarios sobre las políticas de las grandes cadenas sobre sus proveedores, que no han pasado de ser chisme de salón, para que aclare de una vez por todas qué es lo que pasa?


lunes, 13 de mayo de 2013

Los mejores negociadores


Si quiere aprender de técnicas efectivas de negociación lo único que tiene que hacer es fijarse en su hijo y si no tiene entonces préstele atención a sus sobrinos para que compruebe que no hay vendedores más efectivos que esos pequeños mercaderes. He aquí algunas de las técnicas probadas con efectividad por mis pequeños y varios de los hijos de mis conocidos.

-          No significa tal vez: puede que usted le haya dicho que no va a comprarle el helado, el perro o el juguete unas 10 veces pero ellos jamás se rendirán. Durante todo el tiempo que permanezcan cerca de su objetivo se mantendrán firmes en su solicitud, llegando a alterar tanto su paciencia que usted muy probablemente terminará cediendo.

-          El regateo siempre es efectivo: con tal de alcanzar su objetivo, buscarán darle una serie de opciones que para usted serán viables en algún momento de la disputa. Entonces no comprará el hot wheels de $50 mil sino el de $30 mil y en lugar de una hamburguesa doble con queso se transará por un combo completo pero sencillo. Usted quedará feliz, porque impuso su criterio, pero en realidad lo único que hizo fue dejarse llevar por las técnicas de su experto regateador.

-          Los influenciadores son un arma poderosa: los niños sí que saben del concepto de influenciador. En su larga lista se incluyen, en orden de importancia, los abuelos, las tías (especialmente las solteronas sin hijos) y las madrinas. Si papá o mamá han decidido que no es no, entonces apelarán a la fuerza más poderosa del universo: la voz de la abuela que se confabulará para lograr que al pobre nieto le den lo que tanto pide. Si no logra convencer a los papás, en pocos días aparecerá el regalo envuelto entre una linda bolsa de regalo.

-          La constancia vence lo que la dicha no alcanza: si usted sobrevivió a los tres niveles anteriores, prepárese para el acoso más incesante del que se tenga noticia. Su hijo mantendrá el tema presente y cada vez que pase por el sitio en donde tienen su objeto del deseo volverá a insistir con tanta vehemencia que en algún punto usted tomará la decisión de rendirse a semejante acoso.

-          Una gota de miel puede más que un litro de hiel: Los pocos que han logrado llegar a este punto sin ceder no tendrán alternativa en la fase del arrunche. La manipulación viene de fábrica y podrá ver que hasta el chiquitín de un año apela a la infalible técnica de la zalamería para alcanzar sus objetivos: una onza más de tetero, acostarse en la cama de sus papás, comerse una galleta de más o acostarse tarde. Si su hijo mayor lo sorprende ofreciéndose para lavar la loza sucia, cuelga la ropa recién lavada y hasta tiende su cama es porque tiene una solicitud en salmuera. ¿Será que usted se resiste a eso?

domingo, 5 de mayo de 2013

Extorsión, el nuevo mal de las mipymes



La voz agresiva y desafiante de un hombre empezó a hablarle sobre una reunión de seguridad con algún comandante. El pequeño empresario de materiales de construcción pensó que se trataba de una convocatoria de la Policía y pidió que le aclararán qué comandante citaba la reunión. La respuesta lo dejó frío: "no se haga el huevón, somos de las bacrim y lo que necesitamos es plata". Sin dudarlo, el empresario advirtió que su teléfono estaba intervenido desde hacía mucho tiempo por las autoridades. Entonces el presunto delincuente colgó lanzando improperios. Sucedió en una pequeña población del Valle hace apenas una semanas y confirmó que ahora el peor fantasma de las mipymes ya no es el TLC sino las bandas criminales que extorsionan desde vendedores callejeros de dulces, por 20 mil pesos, hasta empresarios que se rompen el lomo todos los días para llevar un plato de comida a su casa y generar empleo decente.

Desde ese día todos temen levantar el teléfono, porque no saben sí se trata de un cliente o un delincuente pretendiendo amenazar sus vidas y las de sus hijos. Algo se rompió en el espiritu empendedor de ese pequeño empresario. Tal como está ocurriendo en cientos de ciudades de todo el país, en donde las bandas de extorsionistas se pasean como dueños de casa. Basta leer el periódico para confirmarlo. El 24 de abril varios medios publicaron el encuentro entre microempresarios de Medellin que se reunieron para poner en conocimiento de las autoridades este flagelo. Entrevistado por el diario ADN, el director de Fenalco Antioquia, Sergio Ignacio Soto, afirmó que el comercio en la ciudad pierde hasta 40.000 millones de pesos al año por las denominadas ‘vacunas’.

Y este domingo 5 mayo se escuchó una detonación en el sector de Puente Aranda, en el suroccidente de Bogotá. Vecinos del sector afirman que se trató de una advertencia a comerciantes de la zona pero aún las autoridades no confirman los verdaderos móviles del atentado que destrozó ventanas y paredes de viviendas y locales.

Estos son los pocos casos que algunos se atreven a denunciar, pero cada día las cosas se están poniendo peor para muchos que por temor prefieren pagar a denunciar. ¿Es posible seguir trabajando por Colombia cuando una manada de delincuentes acechan a quienes se ganan la vida con no pocos esfuerzos? ¿Se justifica enfrentar todos los retos de la economía formal cuando hay tantas amenazas en el submundo de los extorsionistas? ¿Están las autoridades preparadas para enfrentar con efectividad a estos delincuentes y proteger la vida y bienes de quienes denuncien?

Hace seis meses viajé a Santa Marta para unos días de descanso y el ambiente de quienes atienden a los turistas se veía sombrío. Para nadie es un secreto la oleada de extorsiones que reciben a diario los pequeños comerciantes de esa ciudad, especialmente de El Rodadero. No hubo una persona de las que contacté que no se lamentara por el deterioro de la seguridad de la zona desde que llegó a la presidencia Juan Manuel Santos. ¿Qué pasa realmente con la seguridad en nuestras ciudades? Basta con prender el radio para quedarse abrumado con todas las noticias sobre atracos, extorsiones y homicidios en los que muchas víctimas son personas decentes.

Es el momento de actuar y revisar la estrategia de seguridad en todo el país, en lugar de continuar con la ridícula campaña mediática que han emprendido en Casa de Nariño y que causa más malestar que simpatía. De no hacerlo, muchos micro, pequeños y medianos empresarios se verán forzados a renunciar  a los esfuerzos que durante tantos años han venido haciendo, generando más desempleo y deterioro social.