lunes, 15 de diciembre de 2014

Como decía mi abuelo

Dicen que el sentido común es lo menos común que tenemos muchos. Pero si nos detuviéramos por unos minutos y pensáramos con cuidado nos daríamos cuenta de que la sabiduría popular se inspira en el sentido común y nos ahorraría un montón de dinero en cursos, consultorías y capacitaciones.. Veamos algunas de las más conocidas:

-       El que mucho abarca poco aprieta: Cuando se quiere tener participación en negocios que parecen promisorios pero no conocemos a fondo el riesgo de fallar es altísimo.  Lo mismo pasa con los planes estratégicos, muchas veces nuestra ambición desborda nuestra capacidad de gestión y formulamos tantos objetivos estratégicos que no terminamos cumpliendo uno solo.
-       Zapatero a tus zapatos: también está vigente, y lo seguirá estando toda la vida. Es muy complejo que una empresa especializada en cerveza se ponga a producir leche de un día para otro. En cambio, Coca Cola demostró que sabe de negocio de bebidas pues a las tradicionales gaseosas les ha sumado agua, tés y jugos.
-       Al ojo del amo se engorda el buey: hace varios años Colchones El Dorado corría el riesgo de desaparecer, su fundador Gumercindo Gómez  se había retirado para dejarle a los hijos la gestión del negocio. Pero con la crisis retornó a cuidar sus intereses y rescató la empresa. Hoy sigue vivita y creciendo.
-       Vístame despacio que estoy de afán: esta curiosa frase hace referencia al cuidado que se debe tener cuando estamos embarcados en compromisos urgentes. Si descuidamos los detalles, con toda seguridad fracasaremos.
-       Mejor pájaro en mano que cien volando: Cuando un emprendedor inicia su camino muchos cantos de sirena le coquetean para que se involucre en cientos de iniciativas y proyectos. En esos momentos, puede ser emocionante apuntarle a todo, pero es más provechosos a mediano plazo tomar una buena oportunidad que coquetear con cien promisorias.
-       Una manzana podrida daña el barril completo: en materia de capital humano no hay nada más cierto. Basta con un mal elemento, que dañe el ambiente de trabajo o sea desleal para que el resto tome el mismo rumbo. En ese caso es mejor ‘prevenir que curar’ y cortar de raíz el mal antes de que se enquiste.



¿Y a usted qué legado le dejaron sus abuelos?

lunes, 1 de diciembre de 2014

Cuentas alegres

Da lástima confirmar que el sistema reelecionista acaba con cualquier propuesta seria de desarrollo económico pues en el primer periodo se trabaja para lograr la reelección, con políticas populistas de corto plazo, y en el segundo se hace lo posible por tapar los huecos que dejaron esos compromisos: viviendas gratis, obras inconclusas y cuotas burocráticas, entre otros.

Ni qué decir del Gobierno, que ahora en medio del susto por la caída del precio del crudo y unas perspectivas internacionales mediocres para el 2015 empieza a pellizcarse con respecto a una verdadera política productiva para Colombia.

Sería injusto decir que a este gobierno le ha faltado liderazgo en materia económica. A todos los gobiernos de los últimos 20 años les ha faltado. Pareciera que el tema del desarrollo empresarial fuera un asunto menor, accesorio, y no el eje central de la competitividad de un país. La competitividad, la productividad y la innovación no nacen en el seno de los entes oficiales, por el contrario, son gestados en las empresas pero con el apoyo de la institucionalidad.

Hoy más que nunca, me parece que está vigente el mensaje de Por qué Fracasan los Países, y es definitivamente una obra que se deberían leer y aplicar quienes ahora tienen la responsabilidad de diseñar una estructura jurídica que propicie la competitividad y el crecimiento de Colombia.

Por lo pronto, preparémonos para la cascada de impuestos que traerá el 2015, así como los nuevos tributos que se inventarán a finales del año que viene para seguir tapando huecos y respondiendo por lo que se gastaron, haciendo cuenticas alegres. ¿Será que los empresarios aguanta?





viernes, 21 de noviembre de 2014

¿Ahora es mejor ser pobre que rico?

Con la cascada de tributos para los ‘ricos’, que en realidad es la clase empresarial del país y la responsable de generar más del 80% del empleo, muchos empiezan a pensar que se trata de una campaña para combatir el popular adagio de que “es mejor ser rico que pobre”, de autoría de nuestro insigne ex campeón de boxeo, Kid Pambelé.

En el Gobierno de Santos resulta mejor ser pobre que rico: al que dice ser pobre le pagan el Sisbén, con el que muchas personas que sí tienen cómo aportar han logrado hacerse cirugías plásticas; también le dan casa gratis, mientras que a muchos trabajadores de clase media no les alcanzan los ingresos para juntar la cuota inicial para adquirir su casa y tampoco los dejan acceder a un subsidio de vivienda. Ahora también van a regalarles becas para que sus hijos estudien en las mejores universidades del país.

Definitivamente a los pobres les va a ir mejor: no tienen que preocuparse por el impuestos al patrimonio, ni por declarar renta, por cuatro años más seguirán recibiendo ‘regalitos’. Así ¿a quién le dan ganas de trabajar y superar la pobreza?

Y no me opongo a generar esquemas de apoyo para los más necesitados, pero no podemos seguir montando un esquema politiquero basado en regalos sin contraprestación. Las casas deberían ‘subsidiarlas’ para que el nuevo propietario pague aunque sea una cuota simbólica por su vivienda. A las personas que se vinculan al Sisbén deberían investigarla a ver si de verdad son pobres o tienen su guardadito (yo conozco varios personajes con casa, negocio y carro que se tiraron a la pobreza para no tener que pagar al régimen contributivo).

Y en cuanto a las becas, es una propuesta necesaria que sí cambiará nuestro país pero debería contemplar una devolución parcial de la beca por parte de los beneficiarios, cuando empiecen a trabajar, de tal forma que con esos recursos se beneficien otros muchachos con aspiraciones de salir adelante.


Señor Presidente, usted que creció en cuna de oro no ha entendido que lo regalado no se valora, tampoco le ha parado bolas al adagio aquel de que es mejor enseñar a pescar que dar el pescado. En mis años como empresaria he comprobado cientos de veces que, infortunadamente, el colombiano cumple al pie de la letra el dicho aquel de que ‘lo que nada cuesta hagámoslo fiesta’.

Deje de mirar a los pobres de esa manera lastimera, ellos tienen dignidad y solo necesitan de una manito para salir adelante. Y deje de estarle esculcando los bolsillos a la clase media trabajadora y a los empresarios sino quiere que a todos nos den ganas de ser pobres para que no nos aprieten con más impuestos.

lunes, 10 de noviembre de 2014

La ministra de Comercio necesita más barra

De verdad yo no entiendo cómo funciona la coordinación interministerial en materia económica, pero todo indica que en ciertos casos los ministros necesitan del apoyo del sector privado para que en Palacio los escuchen. Por lo menos esa fue la impresión que me quedó al escuchar el discurso que, en nombre de la ministra de Comercio, leyó el viceministro encargado, Daniel Arango, durante la presentación del Informe de Competitividad 2014 – 2015 la semana pasada.

Afectada por un virus, la ministra Cecilia Álvarez Correa no pudo intervenir en el evento, pero desde una mesa cercana aprobaba cada una de las frases de Arango. Dejó clara la necesidad de que entidades como la Dian y el ministerio de Minas y Energía trabajen de la mano con su cartera para superar escollos que afectan la competitividad industrial en el país.

En la agenda de la ministra aparecen aspectos de gran urgencia que se han demorado años en ponerse en marcha:
-       Simplificación del estatuto tributario, de tal forma que se facilite la tarea de presentar y pagar impuestos para todos los empresarios.
-       Reducción de los costos de la energía, un insumo de gran peso en la canasta de costos de la industria en todo el país.
-       Expedición de un estatuto aduanero que genere eficiencia para las operaciones de comercio exterior.

La ministra Álvarez Correa es una mujer de acción, y así lo demostró con la expedición del decreto que reglamenta el uso de escáneres en las aduanas del país, una petición que el sector privado había puesto sobre la mesa desde hace por lo menos 10 años para disminuir los tiempos de inspección de mercancías en los puertos de salida y entrada.

Ahora cabe esperar y hacer barra para que logre sacar adelante estas aspiraciones que pondrían al sector privado colombiano en una mejor posición competitiva.