lunes, 26 de mayo de 2014

De frente contra la corrupción


Si en Colombia la lucha contra la corrupción en todas las instancias del Estado y del sector público  fuera seria, con toda seguridad se podrían hacer realidad las promesas de campaña de los candidatos a a la presidencia del país. Educación superior gratuita, salud plena para todos, más viviendas regaladas, etc. ¿De qué bolsillo saldrán esos recursos? La alternativa más fácil es inventarse más impuestos, porque no hay un compromiso de fondo para evitar que los corruptos capturen billones de pesos del Estado para llenar sus arcas personales.

Así lo confirma el Informe Nacional de Competitividad, que entrega el Consejo Privado anualmente. El documento indica que el país ocupa el puesto 129 entre 148 países en materia de desviación de recursos públicos, léase corrupción. En cambio, Perú ocupa el puesto 111, México el 105, Panamá el 85 y Chile un honroso puesto 23. Esto demuestra cómo el desarrollo económico requiere de instituciones transparentes que permitan una apropiación adecuada de presupuesto del Estado para apoyar el crecimiento. Según el informe de Competitividad Global que publica el Banco Mundial, la corrupción es el factor más problemático para hacer negocios en el país. 

En términos desagregados, ocupamos el lugar 97 en el indicador que mide el pagos irregulares o sobornos, el 109 en el que mide el favoritismo en las decisiones de los empleados públicos, el 106 en el relacionado con el despilfarro del gasto gubernamental y el 75 en transparencia en el diseño de políticas púbicas por parte del Gobierno ( una mejora de ocho puestos en el último año).

Otro dato interesante es que son los partidos políticos y los miembros del congreso los que más corruptos se perciben, con una calificación de 4,3 sobre 5, según el reporte Mundial de Competitividad. Con estas cifras, no extraña que el domingo de elecciones la abstención haya sido del orden del 60%.  Muchos colombianos están cansados de esta situación y no recurren a las urnas porque perciben que no va a pasar nada con su voto, debido a la corrupción de estos dos  actores.

Sólo a Marta Lucía Ramírez y Enrique Peñalosa se les escucharon propuestas claras en este sentido. Al punto que el candidato presidente le ofreció a Ramírez unirse a su causa para hacer realidad su compromiso anticorrupción. ¿Será que si no lo acepta no va a hacer nada contra este flagelo que tantos recursos sustrae de las arcas? ¿Será que la mermelada que corrió a chorros en Atlántico y Valle, según Francisco Santos, no forma parte de la odiosa corrupción?


Es el momento para que todos exijamos acciones contra los corruptos, o de lo contrario no vamos a ver cumplida ninguna promesa electorera, ni lograremos estar en la tripleta de los países más competitivos de América Latina para el 2032, como se lo ha propuesto el Gobierno del actual candidato presidente.

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