lunes, 9 de junio de 2014

Todo cambia, nada cambia

Este domingo 15 de junio finalmente podremos resolver la incertidumbre que tenemos sobre quien regirá los destinos del país durante los próximos cuatro años. Y si se le pregunta a un pequeño o mediano empresario qué viene para su negocio, su única respuesta será que ‘todo cambia y nada cambia’ porque cualquiera que sea el resultado todos saben que el éxito está en sus manos.

Y es que al examinar la historia de aquellas compañías que han trasegado durante más de 30 años, y hoy pueden considerarse de tamaño mediano grande, lo único que se encuentra como una constante es el cambio. Por eso todos dirán que todo cambia, es lo que están acostumbrados a ver. Y ninguno desearía la comodidad de un mundo de negocios sin cambios porque implicaría que se acabaron los retos.

Los que antes vivían en el mundo del papel, los juguetes didácticos y la educación, entre muchos otros, han visto cómo su realidad se modificó con la llegada de los Smartphone y las tabletas.  Cada día los nativos digitales asumen las riendas de la economía, imponiendo nuevos medios y formas de hacer las cosas. Quienes no aceptaron ese reto ven cómo se extinguen sus negocios, unos más rápido que otros. Pero los que decidieron entregarse a las fuerzas del cambio y fluir con él han logrado encontrar un nuevo camino para el crecimiento empresarial.

Quienes tenían industrias con cierto nivel de protección arancelaria ven cómo cada día esas barreras caen estruendosamente y dan paso a  competidores más sofisticados, seguramente con más músculo financiero.

Esos gerentes seguramente hoy tienen gastritis, tal vez dejaron de dormir varias noches pensando en el camino a seguir, pero jamás perdieron la confianza. Y lo están logrando, porque curiosamente mientras más duro el camino más grande es la capacidad de aguante.

Y todos dirán que nada cambia, porque aunque se presenten reformas que empeoren o mejoren sus condiciones tributarias, se diseñen o eliminen programas de apoyo o incentivos, o se firmen más tratados de libre comercio, van a tener que hacer lo mismo que siempre han venido haciendo: luchar.


Y como formo parte de ese grupo de emprendedores para los que todo cambia y nada cambia, recuerdo con especial aprecio la frase que le escuché a un empresario de vestuario hace más de 12 años en el primer evento que organicé como empresaria. “Lo único que les puedo recomendar a quienes eligieron hacer empresa es que hay que Persistir, Resistir y Nunca Desistir”.

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