Este domingo 15 de junio finalmente podremos resolver la
incertidumbre que tenemos sobre quien regirá los destinos del país durante los
próximos cuatro años. Y si se le pregunta a un pequeño o mediano empresario qué
viene para su negocio, su única respuesta será que ‘todo cambia y nada cambia’
porque cualquiera que sea el resultado todos saben que el éxito está en sus
manos.
Y es que al examinar la historia de aquellas compañías que
han trasegado durante más de 30 años, y hoy pueden considerarse de tamaño
mediano grande, lo único que se encuentra como una constante es el cambio. Por
eso todos dirán que todo cambia, es lo que están acostumbrados a ver. Y ninguno
desearía la comodidad de un mundo de negocios sin cambios porque implicaría que
se acabaron los retos.
Los que antes vivían en el mundo del papel, los juguetes
didácticos y la educación, entre muchos otros, han visto cómo su realidad se
modificó con la llegada de los Smartphone y las tabletas. Cada día los nativos digitales asumen las
riendas de la economía, imponiendo nuevos medios y formas de hacer las cosas.
Quienes no aceptaron ese reto ven cómo se extinguen sus negocios, unos más
rápido que otros. Pero los que decidieron entregarse a las fuerzas del cambio y
fluir con él han logrado encontrar un nuevo camino para el crecimiento
empresarial.
Quienes tenían industrias con cierto nivel de protección
arancelaria ven cómo cada día esas barreras caen estruendosamente y dan paso
a competidores más sofisticados,
seguramente con más músculo financiero.
Esos gerentes seguramente hoy tienen gastritis, tal vez
dejaron de dormir varias noches pensando en el camino a seguir, pero jamás
perdieron la confianza. Y lo están logrando, porque curiosamente mientras más
duro el camino más grande es la capacidad de aguante.
Y todos dirán que nada cambia, porque aunque se presenten
reformas que empeoren o mejoren sus condiciones tributarias, se diseñen o
eliminen programas de apoyo o incentivos, o se firmen más tratados de libre
comercio, van a tener que hacer lo mismo que siempre han venido haciendo:
luchar.
Y como formo parte de ese grupo de emprendedores para los
que todo cambia y nada cambia, recuerdo con especial aprecio la frase que le
escuché a un empresario de vestuario hace más de 12 años en el primer evento
que organicé como empresaria. “Lo único que les puedo recomendar a quienes
eligieron hacer empresa es que hay que Persistir, Resistir y Nunca Desistir”.
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