Ahora que la pausa de las fiestas decembrinas se terminó es hora
de actuar con prontitud para desquitarnos del regular 2013 que tuvieron los
industriales. Algunos ya se cansaron de llorar por la competencia importada y
han comenzado a actuar haciendo inversiones en nuevas tecnologías, en mejores
procesos de producción y en capacitación de su personal.
Las cifras del Dane confirman que fue la construcción la que
sacó la cara por la economía, mientras la agricultura mostró una leve mejoría.
Y este año electoral, esa tendencia con toda seguridad se mantendrá, pues no
hay nada más efectivo y rápido para mostrar buenos resultados en empleo que
ponerle plata a la vivienda.
Encontrar nuevos nichos de mercado, renovar productos e
innovar son tareas que deben estar en la agenda de todos los empresarios
colombianos. No hay otra alternativa frente a la fuerte competencia que ya nos
amenaza. Y el Gobierno no se ha comprometido con diseñar una verdadera política
industrial que les de la mano a los sectores más golpeados. Del Pipe nada se
sabe, simplemente lo han dejado diluir tal como ocurrió con las tan mentadas
Locomotoras con las que dieron palo durante los dos primeros años de Gobierno.
Pero quejarse no es una opción, actuar es la única alternativa
que nos queda frente a un 2014 en el que se iniciarán en forma buena parte de
los 14 tratados suscritos por el Gobierno y tomarán fuerza los que ya están
vigentes.
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