Y se nos descuadernó el país. En una sola semana saltaron
los cafeteros, los cacaoteros, los ganaderos y los transportadores. Todos ellos
micro, pequeños y medianos productores que se han visto afectados por diferentes
circunstancias: la caída de los precios internacionales de sus productos, la
revaluación, el contrabando y las alzas en sus insumos. Sólo falta que los
industriales que se han visto golpeados por el incremento de las importaciones,
legales e ilegales, también salgan a la calle a ver si les paran bolas.
¿Qué está pasando? Pues que el Gobierno se relajó en
materia económica y pensó que a punta de noticias positivas nos iba a tener
contentos a todos: menos desempleo y más inversión extranjera han sido los
caballitos de batalla de los boletines de prensa oficiales.
Los TLC's volando alto y la industria local volando bajo,
en la mayoría de los casos. Y mientras van y vienen estudios que intentan
demostrar que lo de la desindustrialización es puro cuento chino (que sí lo es
pero por la inundación de bienes de ese país) se conocen noticias como la
liquidación de la firma Hernando Trujillo, tras 48 años de operaciones. Por los
menos 200 empleos tendrá que restar el Dane de su medición en este bimestre ya que sus accionistas decidieron cerrar la compañía, luego de varios años de
pérdidas.
Esta no será la primera ni la última empresa que tome
esta difícil determinación y aunque detrás de esta historia hay indicios de
deficiencias gerenciales es evidente que vamos camino a venezolanizar nuestra
economía, promoviendo más la importación de todo tipo de bienes y acabando con nuestra base industrial, que es la
principal fuente de innovación en cualquier país del mundo.
Pero no todo se lo podemos achacar al Gobierno, que
anunció con bastante tiempo que iba a abrir la puerta. A los empresarios nos
queda la cuota de responsabilidad por no actuar más ágilmente, especialmente
frente a un presidente que nunca ha creido en el poder de los pequeños y
medianos empresarios sino en las grandes corporaciones y en los ingresos
abundantes de la locomotora minera y de hidrocarburos.
Por lo menos las manifestaciones de los pequeños
agricultores está demostrando que después de todo las micro, pequeñas y
medianas empresas sí tienen capacidad para mover la economía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario