Hace tanto que ya ni recuerdo en qué año conocí a Eduardo
Pizano, pero creo que fue cuando fungía como Ministro de Desarrollo Económico (no
de Comercio). Nos vimos por primera vez una tarde en la que me invitó a visitar
a varios empresarios de calzado del Restrepo, en el sur de Bogotá. Con ese
talante sencillo que lo ha caracterizado, llegó a la sede de la Cámara de
Comercio del sector y sin pretensiones ministeriales conversó de tú a tú con
más de 40 personas que lo aguardaban. Hablaron de todo: los problemas que
afrontaban, sus necesidades cotidianas y sus objetivos.
No fue ese el único ‘viaje’ que Pizano hizo a los sectores
industriales de Bogotá. En compañía de quien en su momento era su mano derecha
en materia de mipyme, Alejandra Ospitia, se dedicó a conocer a fondo la realidad
de este segmento empresarial. Y sin duda alguna, ayudó a cocinar lo que luego
se convirtió en la Ley Mipyme (Ley 590 de 2000) que se sancionó con la firma de
Jaime Alberto Cabal.
Pero no sólo extraño a Pizano. Añoro los días en que el
Ministerio era el de Desarrollo Económico y no el de Comercio, Industria y
Turismo. De lo que sí no me acuerdo es de quién tuvo la brillante idea de cambiarle
el nombre a la entidad antes de tiempo. Puede sonar a cantaleta pero el día que
decidieron que el énfasis del ministro iba a estar primero en Comercio se fue
al traste el tema de la industria. El turismo se salvó, afortunadamente, porque
el actual jefe de la cartera viene del gremio de las agencias de viajes (fue
presidente de Anato durante un tiempo) y conoce al dedillo el potencial del
país en esta materia así como sus limitaciones.
A mí me sonaba mucho mejor lo de Desarrollo Económico, tenía
mucha más integralidad, más sentido de pertenencia y menos urgencia mercantilista. Bien lo dice la ex ministra Martha Lucía Ramírez, en la próxima
edición de la revista Misiónpyme, que en Colombia muchas cosas las hacemos al
revés pues mientras en los países más competitivos a nivel mundial primero
fortalecieron su industria, su infraestructura y su educación, para luego salir
a suscribir los tratados de libre comercio a nosotros nos dio la urgencia por
firma primero y ponernos a correr a ver cómo vamos a ponerle la cara a la
competencia, y a las oportunidades también.
Ese es el resultado de tener ahora un ministerio de
Comercio, en lugar de uno que se preocupe más bien por el Desarrollo Económico. A ver si a punta de petróleo y carbón vamos a lograr un desarrollo realmente integral.
No hay comentarios:
Publicar un comentario