domingo, 4 de noviembre de 2012

Cómo extraño a Pizano


Hace tanto que ya ni recuerdo en qué año conocí a Eduardo Pizano, pero creo que fue cuando fungía como Ministro de Desarrollo Económico (no de Comercio). Nos vimos por primera vez una tarde en la que me invitó a visitar a varios empresarios de calzado del Restrepo, en el sur de Bogotá. Con ese talante sencillo que lo ha caracterizado, llegó a la sede de la Cámara de Comercio del sector y sin pretensiones ministeriales conversó de tú a tú con más de 40 personas que lo aguardaban. Hablaron de todo: los problemas que afrontaban, sus necesidades cotidianas y sus objetivos.

No fue ese el único ‘viaje’ que Pizano hizo a los sectores industriales de Bogotá. En compañía de quien en su momento era su mano derecha en materia de mipyme, Alejandra Ospitia, se dedicó a conocer a fondo la realidad de este segmento empresarial. Y sin duda alguna, ayudó a cocinar lo que luego se convirtió en la Ley Mipyme (Ley 590 de 2000) que se sancionó con la firma de Jaime Alberto Cabal.

Pero no sólo extraño a Pizano. Añoro los días en que el Ministerio era el de Desarrollo Económico y no el de Comercio, Industria y Turismo. De lo que sí no me acuerdo es de quién tuvo la brillante idea de cambiarle el nombre a la entidad antes de tiempo. Puede sonar a cantaleta pero el día que decidieron que el énfasis del ministro iba a estar primero en Comercio se fue al traste el tema de la industria. El turismo se salvó, afortunadamente, porque el actual jefe de la cartera viene del gremio de las agencias de viajes (fue presidente de Anato durante un tiempo) y conoce al dedillo el potencial del país en esta materia así como sus limitaciones.

A mí me sonaba mucho mejor lo de Desarrollo Económico, tenía mucha más integralidad, más sentido de pertenencia y menos urgencia mercantilista. Bien lo dice la ex ministra Martha Lucía Ramírez, en la próxima edición de la revista Misiónpyme, que en Colombia muchas cosas las hacemos al revés pues mientras en los países más competitivos a nivel mundial primero fortalecieron su industria, su infraestructura y su educación, para luego salir a suscribir los tratados de libre comercio a nosotros nos dio la urgencia por firma primero y ponernos a correr a ver cómo vamos a ponerle la cara a la competencia, y a las oportunidades también.

Ese es el resultado de tener ahora un ministerio de Comercio, en lugar de uno que se preocupe más bien por el Desarrollo Económico.  A ver si a punta de petróleo y carbón vamos a lograr un desarrollo realmente integral.

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