Por lo menos 500 de los cacaos más importantes del país se
quedaron con las ganas de escuchar al Ministro de Comercio, Industria y Turismo,
Sergio Díaz Granados, hablar sobre las perspectivas de política industrial del
Gobierno en el marco de la presentación del informe de Competitividad 2012-2013.
En su lugar, el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, inició su intervención
preguntándose ¿qué hacía sentado en un foro sobre competitividad?
La respuesta, afortunadamente, tenía mucho sentido: buena
parte de la política industrial de este Gobierno se ha hecho desde lo
tributario. El Mincomercio, entre tanto,
se fue a Cali a encontrarse con sus colegas del Congreso en un debate sobre el
TLC con la Unión Europea, que no tuvo mayores repercusiones mediáticas. El
compromiso debía ser de marca mayor, pues no muchos se dan el lujo de ‘dejar
metidos’ a los presidentes y voceros de las empresas que generan el 70% del PIB
de Colombia.
Señor Ministro, se perdió usted de uno de los debates más
interesantes que se haya visto sobre el tema de política empresarial, una razón
era el peso de los invitados: los ex ministros de hacienda Rudolf Hommes y
Guillermo Perry, el presidente de Carvajal, Ricardo Obregón y Dany Rodrick.
Primera conclusión, del ex ministro Hommes: “Con el estilo
actual de Gobierno no vamos a lograr ningún cambio estructural y el primer gran
esfuerzo se va a tener que enfocar en mejorar el sector gobierno”.
Segunda conclusión, de Ricardo Obregón: “Los empresarios
deben poner la productividad en sus agendas, restructurar sus negocios y
trasladarse hacia los puertos si quieren ser competitivos”.
Tercera conclusión, de Ricardo Obregón: “El gobierno tiene
que ser efectivo en su acompañamiento para combatir la competencia desleal,
mejorar con agilidad la infraestructura, darle prioridad a la educación como
una política de estado y evitar que se nos sigan pasando años valiosos sin
grandes avances”.
Cuarta conclusión, de Guillermo Perry: “Cambiar la
estructura de financiación de parafiscales es un acierto, pero hay que incluir
en ese paquete a las Cajas de Compensación Familiar. Es clave no castigar a
quienes generan más empleo con más impuestos, pero sí empezar a recibir más de
quienes generan más utilidades pero menos empleo”.
El presidente Santos sí llegó pero hizo uno de los discursos
más improvisados de los que se tenga noticia. Él mismo lo anunció al inicio,
cuando advirtió que iba a tener una charla más bien desordenada. Y vaya que la
tuvo. Sinceramente no entendí el mensaje. Se supone que esta es la cumbre
empresarial más importante del país, en donde se evalúa cómo van los
compromisos del Gobierno con el tema de competitividad.
Pero fue lamentable la presentación del primer mandatario y,
peor aún, que su ministro responsable de las políticas empresariales se hubiera
marchado sin pena ni gloria me dejó un sinsabor bastante incómodo. ¿Qué estarán
pensando hoy líderes de la talla de Luis Fernando Peláez (Sofasa), Ricardo
Obregón (Carvajal), David Bojanini (Sura) entre los muchos otros que sacaron de
sus apretadas agendas esas 6 horas para hablar sobre un tema tan importante
como la competitividad?
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