Varios lectores de mi blog anterior tuvieron la cortesía de
enviarme más perfiles de vendedores para completar la fauna que iniciamos la
semana pasada. En esta oportunidad hablaremos del ‘Seca Papayo’, ‘El Clowm’ y
la ‘Penosa’.
Como su nombre lo indica, el ‘seca papayos’ no tiene límites cuando se trata de acosar a un
cliente. Es cierto que la persistencia es una de las cualidades de todo buen
comercial pero este personaje lo ve más como una estrategia de persecución en
la cual se le aparece al cliente en el momento más inesperado.
Escribe por lo
menos dos veces al día, llama siquiera una al celular de su víctima y, por si
acaso, se hace el encontradizo con él justo cuando va saliendo de su oficina.
Su conducta puede llegar al límite en el cual ruega para que le compren su
producto o servicio, ‘o de lo contrario no cumplirá con la cuota del mes y
puede rodar su cabeza’.
Este espécimen me recuerda a los
muchachos de Ríonegro, un pueblo muy cerca de Panaca, en el que todo carro de
turista es perseguido con sevicia por varios ‘guías’ en bicicleta que ofrecen
sus servicios a cambio de algunas monedas. La situación es tan incómoda que uno
termina dándoles cualquier cosa con tal de quitárselos de encima. Pero eso sí,
por Ríonegro no vuelve uno a pasar jamás para evitar el desagradable
espectáculo.
Recomendación: establezca indicadores de visitas y llamadas
a los clientes, tanto para vigilar que se realice un buen seguimiento como para
controlar que se excedan en su acoso porque lo más seguro es que este vendedor
logre cumplir sus metas los primeros meses, pero una vez ha ‘secado todos los
papayos’ tendrá que mudarse a otra finca. No sería una mala idea realizar una
capacitación sobre técnicas profesionales de ventas o venta consultiva, según
sea el caso, de tal forma que con la ayuda de un experto explote su fiera
determinación sin maltratar a los clientes.
El Clown: a este
personaje le dijeron que vender era como estar en un stand up comedy, por lo
tanto ha confundido carisma con el estilo risa loca. Intenta a toda costa caer
bien a su interlocutor con comentarios jocosos, por lo menos a él le parecen
así. Es de los que en fechas especiales se consiguen un elemento decorativo
para su vestuario: un gran corazón palpitante con luces para la solapa de su
saco si es el de amor y amistad, o una calabaza miniatura para ponerse a manera
de pisacorbata. A estos vendedores los adoran las asistentes y secretarias de
sus clientes pues siempre les llevan algún detallito, generalmente una
chocolatina o galleticas de dulce.
Recomendación: Aunque en principio puede parecer un poco
exagerado, el interés de agradar del Clown puede explotarse positivamente con
una buena capacitación en ventas que le permita desarrollar relaciones
agradables con sus clientes sin convertirse en un payaso, tampoco está de más que
renueve su repertorio de vez en cuando para que no repita siempre los mismos
chistes.
La penosa: esta
es el otro extremo del seca papayos, pues le da pena llamar al cliente más de
una vez al mes y jamás pregunta qué presupuesto tiene o quién es su competencia
por temor a ofenderlo. Es de las que envía una propuesta comercial y se espera
tres días para confirmar si llegó o no. Cuando participa en una licitación se
abstiene de investigar por qué no se la ganó su empresa para no ‘herir las
susceptibilidades del cliente’.
Asistir a una cita es su mayor temor, por eso espera con
paciencia hasta que su jefe está libre para acompañarla el problema es que
pueden pasar meses antes de que esto ocurra. Ni se le ocurra pedirle que
intente conseguirse un cliente nuevo pues jamás logrará articular palabra con
alguien ‘que ni siquiera sabe que existimos’.
Recomendación: evalúe con cuidado el perfil de sus
vendedores. Es cierto que se debe respetar al cliente pero no al punto de dejar
en manos de él, exclusivamente, toda la decisión de compra. Estar presente en
el momento preciso con la propuesta adecuada es la alternativa más justa para
tener éxito en ventas. No está de más que a la penosa también le invierta en
capacitación para que entienda que el seguimiento, con estándares
profesionales, jamás ofenderá a un cliente.
Pero por supuesto conozco uno de cada raza... No habrá una ideal?? Que seque papayo cuando se necesite... Que le den ataques de pena y sea prudente... Que tan solo haga comentarios divertidos y no abuse de una relación... Habra una cuarta raza???
ResponderEliminarTe felicito por tan buen análisis de algo tan cotidiano y cercano... A mi me gustooooo....