domingo, 3 de febrero de 2013

Reforma disléxica


Uno de mis propósitos, al regresar de vacaciones, era leerme con juicio el texto de la reforma tributaria que se aprobó en diciembre pasado. Descargué el archivo y durante una hora intenté entender el maremágnum de disposiciones, cambios y ajustes que se introdujeron. Descorazonada me rendí. Pero pocos días después sentí algo de alivio cuando un experto tributarista me dijo que todo su equipo estaba de cabeza tratando de entender el ‘desorden’ de reforma que había pasado. Ya estamos en febrero y creo que todavía hay más sombras que luces sobre las disposiciones de la nueva ley.

Los decretos reglamentarios siguen saliendo y tenemos hasta julio próximo para conocer las últimas disposiciones. Pero todos los empresarios queremos saber a ciencia cierta a qué atenernos pues se supone que el CREE no lo pagarán todos, pero no se sabe quiénes se salvarán. Algo similar pasa con la retención en la fuente, sobre la que hay más dudas que certezas. Y como para los contadores serios en materia de impuestos es mejor pecar por exceso que por defecto, quizás lo más saludable sea seguir aplicando las normas anteriores mientras se aclara a quiénes se les retiene y  a quiénes no.

Varias sorpresitas seguirán saliendo. Una que no tuvo mucho bombo pero con toda seguridad sí va a afectar los niveles de ahorro en el país es la que estiró de cinco a 10 años el período para retirar los aportes realizados en un fondo privado de pensiones con el beneficio tributario. Para un país en donde pensar a tres años ya es largo plazo, hacer un esfuerzo de cinco era una proeza y pensar en 10 definitivamente desestimula. Con toda seguridad, quienes tenían la disciplina de hacer este aporte van a pensar en otras alternativas de mejor rendimiento a plazos más cortos.

El año apenas comienza pero el panorama pinta movido, mucho más cuando ya se empiezan a mover las fichas políticas que determinarán el segundo mandato de Santos y el futuro de las aspiraciones del expresidente Álvaro Uribe. Viene el segundo tránsito del TLC con la Unión Europea, la reforma al estatuto aduanero, la propuesta de reforma pensional y la reforma a la salud, entre otras iniciativas que se presentarán al Congreso en las semanas que vienen.

Lo único que espero es que esas leyes que se van a discutir salgan menos enredadas que esta reforma tributaria, que sin lugar a dudas, nos hace sentir a muchos un poco disléxicos.

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