Así como nuestro cuerpo necesita de alimentos saludables, variados y naturales nuestra mente también reclama su dosis de nutrición para continuar dándonos energía creativa en nuestro trabajo. Vivir encerrados en la oficina, rodeados de las mismas personas, en los mismos ambientes y discutiendo sobre los mismos temas empieza a desecar nuestra capacidad de pensar en nuevas formas de ver nuestros retos laborales. Stephen Covey le llamaba 'afilar la sierra', en Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva. Hoy la invitación se enfoca en renovar nuestros círculos, costumbres y actitudes para descubrir nuevas posibilidades. Aquí van algunas opciones:
1. Tomar un diplomado o curso corto: mis mejores etapas creativas siempre han surgido de estos espacios de aprendizaje, no solamente porque llegan nuevos conocimientos sino porque se comparten experiencias con personas totalmente ajenas a nuestros entorno familiar. Con los años de rutina, tendemos a conservar un círculo de conocidos y amigos bastante cerrado, en donde procuramos mantenernos para evitar los retos de crear nuevas amistades. Pero no hay mejor alimento para el espíritu que escuchar nuevas voces y conocer otros modelos de negocio.
2. Asistir a desayunos de trabajo o jornadas empresariales: en todas nuestras ciudades existen organizaciones como las Cámaras de Comercio, gremios o entidades que promueven el emprendimiento que estarían felices de invitarnos a sus sesiones de trabajo. Estos son espacios enriquecedores en los que, de ñapa, conocemos los planes de crecimiento de nuestras regiones y sectores.
3. Participar en ferias y ruedas de negocio de nuestro sector y de otros sectores conexos (industrias de apoyo, por ejemplo): este ejercicio lo practican sagradamente cada año los gerentes más exitosos que he conocido en toda mi vida. Sin ínfulas de grandes ejecutivos, empacan sus stands, catálogos y tarjetas y se van a ferias en otros países de la mano de entidades como Procolombia. Allí, desarrollan toda una labor comercial, establecen nuevas relaciones, identifican posibles proveedores y se enteran de nuevas tendencias. Regresan cargados de buenas ideas y con excelentes perspectivas de negocios.
4. Practicar algún deporte o participar en grupos de meditación o yoga: suena un poco loco, pero este tipo de actividades puede integrarte a un círculo energético muy interesante. La meditación trascendental es practicada hoy en día por altos ejecutivos, y nada de raro habría que en una de esas jornadas conocieras gente clave para tu vida y no me refiero a convertir estas jornadas en un espacio de negocios, sino a abrir la mente a nuevas experiencias que pueden resultar totalmente enriquecedoras. De hecho, el espíritu es el motor de toda nuestra existencia. Pero si te gusta algo más movido inscríbete e y ve al gimnasio, o a bailar Zumba, cómprate una bicicleta y pégate a uno de sus grupos que hoy andan con la fiebre de pedaleo en las principales ciudades del país. Otros prefieren escalar montañas o las caminatas ecológicas. Todo vale para renovar nuestra mente y ayudar, de paso, a nuestra salud.
5. Escaparse a un destino exótico o tipo boutique: no es lo mismo irse para Panaca en el Eje Cafetero, en donde se cruza uno con cientos de familias sudorosas y felices, que irse a un pequeño hotel un poco más tranquilo en donde, con toda seguridad, se encontrará uno con experiencias de otro nivel. El silencio que se experimenta en este tipo de espacios, así como la sensación de estar en un momento congelado en el tiempo es realmente saludable y útil para aquietar nuestros pensamientos y asumir renovados nuestros deberes. Viajar es abrir los canales de comunicación con tu alma, así que procura realizar estos viajes personales con más frecuencia.
¿Qué opciones tienes tú para renovar tus pensamientos y tu espíritu?
No hay comentarios:
Publicar un comentario