Con tanta alharaca sobre las predicciones mayas, es
inevitable ponerse un poco ansioso frente a lo que puede ocurrir el 21 de
diciembre. Y la verdad, este año como ningún otro he sentido que es necesario
reinventarse. TLC con Estados Unidos,
llegada de inversionistas extranjeros, grandes economías del mundo en crisis y,
en mi caso, un sector que no sabe todavía cómo le impactarán las nuevas
tecnologías en su tradicional modelo de negocio. Pero si el mundo no se acaba,
y no nos ponemos las pilas con certeza las predicciones mayas se nos harán
realidad en menos de lo que canta un gallo.
Con avidez leo todas las noticias que se publican sobre los
grandes medios que han decidido realizar cambios en su tradicional manera de
generar ingresos. Revistas de gran tradición que eliminan su versión impresa, periódicos
que cierran el acceso a sus contenidos en la web para empezar a cobrar, otros
que se recargan para complementar y competir con la web y, claro, los que se
rinden ante la tiranía de los lectores infieles . ¿Papel o internet? Todavía
nadie lo sabe, así como nadie puede decir a ciencia cierta cómo es que las
redes sociales empezarán a generar ingresos.
Pero más allá de sentarnos a esperar que el maremoto nos
arrastre es necesario que reunamos todas las pistas necesarias para darle un
vuelco a nuestro negocio. Como decía hace un par de semanas un experto
argentino que dictó una charla en el Endeavor Day: si su empresa necesita
reinventarse hay que hacerlo todo de una sola vez.
Estoy segura de que esta sensación la tienen muchos de mis
colegas, empresarios inteligentes y trabajadores que hoy se enfrentan al dilema
de volver a empezar. ¿Decepcionante que después de tanto esfuerzo tengamos que
poner el contador en cero? Para mí no. Es sacudir el espíritu emprendedor, con
la ventaja que hoy tenemos más experiencia, más confianza de nuestros clientes
y mucha más información de nuestro mercado.
No dejemos en manos de los oráculos nuestro futuro,
confiemos en que pasado el 21 de diciembre volveremos recargados para sacarle
provecho al 2013, con todo y la incertidumbre que nos trae.
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