Las expectativas de los agentes económicos es uno de los factores
que más afecta el desempeño de las economías. De ahí que el Gobierno se muestre
cauto con respecto a las perspectivas de este año y del 2016, ya que una alarma
generalizada afectará las decisiones de consumo e inversión de empresas y
personas naturales.
Sin embargo, es claro que la caída en los ingresos de Ecopetrol y
otras petroleras, por cuenta de la reducción dramática en el precio del barril
de crudo, va a ser un tremendo golpe a la inversión del Estado.
Infortunadamente, no se aprovechó la época de vacas gordas para impulsar a
fondo los proyectos de infraestructura y otras reformas estructurales que
permitieran mejorar la competitividad del país.
En este nuevo panorama, se orientan las miradas hacia la industria
y los servicios como los salvadores de los números. Y allí, como lo dijo el
director de Fedesarrollo, Leonardo Villar, la semana pasada en un Foro sobre
perspectivas, el gran pecado del país es que no hay muchas opciones de
reemplazar los grandes ingresos de los commodities porque nuestras
exportaciones no tradicionales son muy pequeñas y vienen cayendo.
La estructura comercial de una economía no se cambia de la noche a
la mañana, y eso lo sabía este Gobierno desde que asumió las riendas. En primer
término, el cambio de mentalidad de una enfocada en el mercado local a una
internacional toma años de trabajo. ¿Si las grandes empresas dudan en acometer
planes exportadores podemos culpar a una pyme por no atreverse a asumir este
tipo de riesgos?
Por otra parte, está el recrudecimiento de la delincuencia común y
la microextorsión en todas las regiones del país. Bandas al margen de la ley
son el azote de tenderos y comerciantes en pueblos y ciudades.
Es clave que el Gobierno deje de ampararse en las cifras macro,
que nos salvan de los tristes resultados latinoamericanos, y empiece a revisar
en lo micro cómo impulsar los resultados de la economía, generando un ambiente
de seguridad para los empresarios de todos los tamaños, promoviendo en serio
las apuestas productivas regionales e invirtiendo en la generación de
mentalidad exportadora.