Dicen que el sentido común es lo menos
común que tenemos muchos. Pero si nos detuviéramos por unos minutos y
pensáramos con cuidado nos daríamos cuenta de que la sabiduría popular se
inspira en el sentido común y nos ahorraría un montón de dinero en cursos,
consultorías y capacitaciones.. Veamos algunas de las más conocidas:
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El que mucho abarca poco aprieta: Cuando
se quiere tener participación en negocios que parecen promisorios pero no
conocemos a fondo el riesgo de fallar es altísimo. Lo mismo pasa con los planes estratégicos,
muchas veces nuestra ambición desborda nuestra capacidad de gestión y
formulamos tantos objetivos estratégicos que no terminamos cumpliendo uno solo.
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Zapatero a tus zapatos: también está
vigente, y lo seguirá estando toda la vida. Es muy complejo que una empresa
especializada en cerveza se ponga a producir leche de un día para otro. En
cambio, Coca Cola demostró que sabe de negocio de bebidas pues a las
tradicionales gaseosas les ha sumado agua, tés y jugos.
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Al ojo del amo se engorda el buey:
hace varios años Colchones El Dorado corría el riesgo de desaparecer, su
fundador Gumercindo Gómez se había
retirado para dejarle a los hijos la gestión del negocio. Pero con la crisis
retornó a cuidar sus intereses y rescató la empresa. Hoy sigue vivita y
creciendo.
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Vístame despacio que estoy de afán:
esta curiosa frase hace referencia al cuidado que se debe tener cuando estamos
embarcados en compromisos urgentes. Si descuidamos los detalles, con toda
seguridad fracasaremos.
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Mejor pájaro en mano que cien volando: Cuando un emprendedor inicia su camino muchos cantos de sirena le
coquetean para que se involucre en cientos de iniciativas y proyectos. En esos
momentos, puede ser emocionante apuntarle a todo, pero es más provechosos a
mediano plazo tomar una buena oportunidad que coquetear con cien promisorias.
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Una manzana podrida daña el barril completo: en materia de capital humano no hay nada más cierto. Basta con un
mal elemento, que dañe el ambiente de trabajo o sea desleal para que el resto
tome el mismo rumbo. En ese caso es mejor ‘prevenir que curar’ y cortar de raíz
el mal antes de que se enquiste.
¿Y a usted qué legado le dejaron sus
abuelos?