lunes, 9 de diciembre de 2013

La danza de los números

Las cifras de desempleo e inflación se han convertido en un juego mediático en el que el Gobierno apuesta por mejorar su imagen. Y, la verdad, es que pareciera que las cifras van por un lado y los empresarios por otro muy diferente. Para nadie es un secreto que el balance empresarial para el 2013 es bastante mediocre. Y la penosa salida del anterior director del Dane sí deja muchos sinsabores sobre la fidelidad de las cifras que mensualmente aplauden los funcionarios gubernamentales.

En diversos foros he escuchado las recomendaciones de entidades internacionales sobre la necesidad de mejorar las metodologías de medición del Dane y su desempeño. La industria es la más perjudicada ya que no se cuenta con encuestas completas y actualizadas que reflejen la verdadera dimensión de las empresas. Pero es evidente que la política gubernamental ha logrado su objetivo de bajar el desempleo a punta de construcción de vivienda.

En esencia esto no es malo, todos los colombianos tienen derecho a una vivienda digna. El problema es que se utilice esa necesidad con fines electorales. No es casualidad que se le haya apostado al programa cien mil viviendas dos años antes de la campaña presidencial, era el tiempo justo para dar resultados en materia de empleo y anunciarlos con bombos y platillos, como lo hizo el presidente Santos en su alocución de lanzamiento como candidato.

Lo malo es que estos programas tienen vida limitada, entonces esos satisfactorios resultados comenzarán a desinflarse, pero ¿qué importa si ya tendremos de nuevo al doctor Santos en Casa de Nariño?

Por otra parte, buena parte del empleo en la construcción es de baja calificación, no genera mejoras sostenibles en la calidad de vida de esas familias y, por el contrario, son populares los comentarios sobre el destino que tienen los salarios de muchos obreros de construcción: licor. Infortunadamente muy pocos piensan en mejorar sus calificaciones profesionales, así que dependerán de un segundo envión de viviendas para sostener su tren de consumo.


La industria, en cambio, tiende a ser más formal en sus procesos, genera más innovación, impulsa la capacitación de los trabajadores y genera empleos de largo plazo. El problema es que no son tan  rápidas generando puestos de trabajo, así que para los fines electorales no son un buen sujeto de publicidad. De lo contrario, no tendríamos cien mil viviendas sino cien mil industrias, y el presidente no se habría tomado la foto en una casa de interés social sino en una planta de producción de carnes frías o confecciones.

Qué bueno que para todos los sectores hubiera mermelada en vez de apuestas inmediatistas, efectistas e insostenibles en el largo plazo. Lo mejor de todo es que apelando a la mala memoria de los colombianos Santos se hizo el loco con sus locomotoras, que se quedaron en meros trencitos de juguete y hoy no las quiere ver ni en pintura, con excepción de la construcción.

domingo, 1 de diciembre de 2013

Caníbales en el retail

Las grandes cadenas de supermercados fueron durante muchos años una herramienta para la formalización y el desarrollo de muchas pequeñas empresas que hoy son medianas. Así lo he confirmado luego de entrevistas con marcas de consumo masivo que empezaron como microempresas familiares y hoy son  industrias consolidadas. ¿Será que siguen cumpliendo este papel después del canibalismo que han exhibido en los últimos años con la llegada de la inversión extranjera al sector?

Para nadie es un secreto que en poco o nada han mejorado las condiciones de pago para los empresarios más pequeños, que viven al día en materia de capital de trabajo. Es más, buena parte de las promociones con las que atraen a sus clientes se realizan a costa del margen del proveedor. Por eso me resultó comprensible no encontrar a Leonisa durante un fin de semana en que el Éxito ofreció un descuento del 50%, en alianza con Compensar, en toda su ropa interior y exterior para dama. “No quisieron participar con los descuentos” fue la respuesta de una impulsadora de ventas a la que le pregunté por la ausencia de esta marca.

¿Qué se puede esperar para las pyme si grandes industrias como Harinera del Valle han preferido salir temporalmente de las góndolas por su desacuerdo con las agresivas políticas de los comerciantes?
También es un rumor a voces que las grandes cadenas marginan hasta el 40% sobre los precios de los pequeños empresarios obligándolos a incrementar el precio final para, por lo menos, cubrir los costos de producción pero poniéndolos en riesgo de quedarse en las góndolas porque el público los percibe como muy costosos.

Pero la nueva tendencia es más bien una bofetada en la cara de sus proveedores: con el crecimiento de las marcas propias varias cadenas están desarrollando productos cuyos empaques manejan colores y marcas muy similares a las de algunas pyme que tienen una presencia importante en ciertos segmentos. De manera descarada los ubican cerca de los líderes y, por casualidad, el comprador despistado se confunde y adquiere el producto marca propia porque creyó que era el que siempre consumía.
Estas y otras prácticas han hecho que muchas pyme pierdan el interés y la fe en los empresarios del retail, enfocándose mejor en canales alternativos de distribución. Seguramente el crecimiento será más lento, pero no tendrán que padecer las angustias financieras y de mercadeo que viven muchos hoy en las góndolas de los supermercados.

Sin embargo, dada la importancia de estos canales en el desarrollos de la pequeña y mediana industria colombiana también será importante que el Gobierno se involucre más con el tema y confirme si de verdad, como predican algunos convenios suscritos, le van a dar la mano a los pequeños industriales o es solo una estrategia para mojar prensa.